Por primera vez, localidades indígenas otomíes y náhuatl obtienen personalidad jurídica y autonomía para decidir sobre sus territorios y formas de organización
En un hecho histórico para el municipio, siete comunidades indígenas de Tulancingo fueron reconocidas oficialmente como sujetos de derecho público con personalidad jurídica y patrimonio propio, con respaldo del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) del Gobierno Federal.
Durante un evento celebrado en Acaxochitlán, se entregaron las constancias a las localidades de Santa Ana Hueytlalpan, Santa María Asunción, San Nicolás Cebolletas, San Rafael El Jagüey, Laguna del Cerrito, Huitititla y Tepalcingo, garantizándoles autonomía, libre determinación y acceso a programas federales.
La presidenta municipal, Lorena García Cázares, destacó que este reconocimiento fortalece la capacidad de autogestión de las comunidades, permitiéndoles administrar sus recursos, decidir sobre sus sistemas normativos internos y preservar su identidad cultural y territorial.
La gestión fue impulsada por la Secretaría de Desarrollo Humano, encabezada por Alberto Campillo Santos, a través de la Dirección de Pueblos y Comunidades Indígenas, dirigida por Michell Manuel Mateo.
Manuel Mateo anunció que se encuentran en proceso de incorporación otras cinco comunidades: Ojo de Agua, Colonia Guadalupe Centro, Ampliación Laguna del Cerrito, San Rafael Loma Bonita y San Vidal, con el objetivo de ampliar el acceso a recursos y programas federales dirigidos a pueblos indígenas y afromexicanos.
Estas comunidades, en su mayoría pertenecientes a los pueblos otomí y náhuatl, conservan usos, costumbres y lenguas originarias, lo que les otorga una riqueza cultural fundamental para el patrimonio de Tulancingo y del estado de Hidalgo.