Las obras del río Tula, atentan contra el bienestar de toda la región del Valle del Mezquital, su realización afectará la forma en que se humidifica el suelo y se recargan los mantos acuíferos, pero, al final del día se garantiza que la Ciudad de México, tenga una manejo aceptable de sus aguas pluviales.
Porque a decir verdad, se vuelve fundamental que la CDMX pueda mantenerse libre de riesgos por inundaciones a pesar de que no se pueda decir lo mismo de las zonas hidalguenses.
Es claro que el trato hacia las entidades que rodean la Ciudad de México, no es igualitario, no lo será nunca a pesar de existir la Comisión de la Megalópolis. No existirá porque es la metrópoli la que decide en muchos de los temas ambientales en función de los intereses de ella misma.
En el caso de las entidades, ya lo dijo cuando andaba en campaña, tomaremos de Hidalgo su agua limpia, al fin que luego le regresamos aguas residuales para que las usen en sus riegos agrícolas.
Hace falta modificar la forma en que se construyen las relaciones entre los gobiernos de las entidades y la Ciudad de México, algo a lo que no está acostumbrado el gobierno de la Ciudad.
Por ejemplo, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) No se ha manifestado frente a la urgente necesidad de declarar como zona de emergencia ambiental a la región de Tula, de tomar medidas para reducir el uso de combustóleo en la Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos o reconvertir tecnológicamente la Refinería Miguel Hidalgo.
Parte del trabajo que debe desarrollar, quien gane la gubernatura del estado en las próximas elecciones, es poder reconstruir las relaciones ambientales en la Megalópolis, determinar cómo cada uno de los estados que la constituyen, puede aportar a la discusión pero, también cómo, bajo esquemas de corresponsabilidad se atienden los asuntos de la región.
Hidalgo, debe tomar un papel más protagónico en la atención de los asuntos, el tener relaciones directas con estados miembros de la Comisión, como Puebla, Tlaxcala, Querétaro, Estado de México y claro, con la CDMX.
Es fundamental que el protagonismo ambiental del estado, crezca en la CAMe, su presencia en ella, debe ser útil para lograr que tengamos oportunidades en lo ambiental como lo tiene la Ciudad de México, pero además, la sustentabilidad que pregona la CDMX, debe sustentarse en la sustentabilidad de los estados con los que convive de manera cotidiana, ya sea para obtener recursos para su desarrollo o bien, para deshacerse de aquello que ya no le es útil, aguas residuales por ejemplo.
Además, quien gane la gubernatura, deberá entender que no se puede seguir sustrayendo agua de la entidad en detrimento de los habitantes de la entidad. Tampoco puede permitirse que algunas corporaciones empresariales, sigan lucrando con el agua.
Hidalgo es un desastre en materia hídrica, un desastre en calidad del aire, un desastre en conservación de los recursos. Así que el futuro no es halagador y quien gobierne deberá en todo momento tener en cuenta esas condiciones.
Hasta ahora, unos días antes de la elección, siguen los discursos de promesas, de los compromisos pero, sin lugar a dudas que ningún compromiso se puede cumplir si no va acompañado de estrategias de acción que lo hagan posible, políticas públicas, les llaman algunos.
Pero en fin, llegado el momento, nuestra pesada realidad y permanente abandono nos acompañará al momento de tomar la boleta y hacer nuestra personal elección, al fin y al cabo, el voto es libre y secreto; al fin y al cabo, solo se trata de nuestro futuro, ni más ni menos.



































































