OMS la define como un estado de bienestar físico, emocional, mental y social, relacionado con la sexualidad, la cual no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad
Septiembre 04, 2022. – La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud sexual como un estado de bienestar físico, emocional, mental y social, relacionado con la sexualidad, la cual no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad.
Para que la salud sexual se logre y se mantenga -agrega la OMS- los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud.
La sexualidad es un aspecto central del ser humano a través de su vida e incluye sexo, identidades y roles de género, orientación o preferencia sexual, erotismo, placer, intimidad y reproducción.
4 de septiembre, Día de la Salud Sexual y Reproductiva

Desde 2010, la Asociación Mundial para la Salud Sexual (AMSS) y sus organizaciones afiliadas, establecieron el 4 de septiembre como el Día Mundial de la Salud Sexual, con el objetivo de promover una mayor conciencia social en torno a la salud sexual.
La salud y los derechos sexuales son un importante problema de salud pública que requieren una atención específica en época de pandemia.
La nueva normalidad nos reta a implementar estrategias acordes a las disposiciones de salud vigentes que nos permitan celebrar y promover la sexualidad responsable, para resaltar las posibilidades de acceder a una vida sexual saludable, con acceso a métodos de planificación familiar, motivando a las personas a buscar resultados positivos de la actividad sexual, explorando sus cuerpos y relaciones.
Este día representa un esfuerzo para sensibilizar y promover la sexualidad como un aspecto esencial del ser humano y un elemento de la salud sexual y reproductiva que debe ser informado, satisfactorio, saludable y sin riesgos para la población.
En este sentido, mujeres y hombres de todas las edades deberán de gozar de sus derechos sexuales, así como de las garantías para su protección, sin distinciones motivadas por origen, género, edad, discapacidades, condición social, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencia, orientación sexual, identidad de género, estado civil o cualquier otra circunstancia que atente contra la dignidad humana.
En años recientes, se logró la modificación en la Ley General de Educación, que consiste en la obligatoriedad de incluir en los contenidos y planes de estudio que imparte el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares, con autorización y con reconocimiento de validez oficial de estudios, que deben ser adecuados al tipo y nivel educativo de la impartición de la Educación Sexual Integral y Reproductiva.
El propósito de esta modificación es influir en el ejercicio responsable de la sexualidad, la planeación familiar, la maternidad y la paternidad responsable, la prevención de los embarazos adolescentes y de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) desde una temprana edad.
Salud sexual en la madurez. Ocho “ya no estoy para eso” para desterrar
1- “Las hormonas ya no funcionan”. La sexualidad, además de estar regulada por hormonas, depende de muchos otros factores tanto físicos como emocionales y cognitivos, por lo tanto, puede estar presente hasta el último día de la vida.
Cuanto mejor haya sido la experiencia sexual durante los años anteriores, más presente y activa puede estar en la etapa madura, con los cambios lógicos que conlleva la edad. Así como cambia la dieta, la actividad física y otros comportamientos, adaptándose a esa etapa de la vida, la sexualidad cambia sin dejar de ser placentera e interesante.
2- “El cuerpo ya no es flexible y no responde como antes”.
La forma de practicar y sentir la sexualidad es personal y no se parece a la de los demás. Es como la huella digital o la firma de cada uno. Y esto continúa así durante todas las etapas vitales.
Cada persona desarrolla su forma de ser sexual con los recursos que posee, físicos, emocionales e intelectuales y muchas veces un especialista en sexología puede orientar a las personas que no saben o no pueden apartarse del estereotipo de los videos o de la cultura de la calle, para ayudarlos a crear su propia forma de experimentar la sexualidad.
3- “Ya no hay espontaneidad en las ganas de estar juntos”.
El despertar sensual de la adolescencia, con sus típicas sensaciones y la curiosidad que se genera en cada ser humano, no dura para siempre. Da lugar a la experiencia y a las posibilidades sexuales de cada persona. Este camino de alegrías y frustraciones modela la forma de sentir el deseo y la excitación sexual.
Al llegar a la etapa madura de la vida, la pasada espontaneidad es reemplazada por la propia gestión inteligente de la respuesta sexual, que cada persona aprende a convocar a partir del autoconocimiento y del aprendizaje que haya hecho en los años anteriores.
4- “Ya no necesitamos la sexualidad”.
Las investigaciones revelan que es una función vital necesaria durante toda la vida, como moduladora de otras funciones vitales y muy importante para el sistema inmune de las personas. La sexualidad placentera es muy saludable; debería estar siempre presente y más aún cuando existen condiciones de salud crónicas, ya que contribuye a una mejor calidad de vida y a sobrellevar mejor las situaciones patológicas y el dolor.
5- “Ya no soy atractivo/a”.
El paradigma de que ser joven y atractivo es el pasaporte a una sexualidad plena es una gran mentira cultural. Por lo tanto, las personas maduras no deberían preocuparse por eso y, en cambio, enfocarse en su propia capacidad de sentirse vitales y de buen humor, con ganas de disfrutar y de compartir el disfrute, ya que ese es el principal atractivo de las personas a cualquier edad.
6- “Me da vergüenza iniciar”.
Cuando las personas han entendido que la sexualidad no es solamente el contacto corporal genital, sino una travesía que comienza intelectual o emocionalmente, se encuentran con tantos puntos de partida y tantos caminos posibles que siempre habrá alguno que puedan elegir por ser el más apropiado a la situación o a su propia manera de vivir la experiencia.
7- “Estoy desanimada/o y creo que ya no voy a sentir nada”.
Mientras estamos vivos seguimos sintiendo cosas.
8- “Padezco una disfunción sexual y eso me desalienta”.
Existen disfunciones que se mejoran en la edad madura, como la eyaculación precoz en los varones y los trastornos del orgasmo en las mujeres. Esto tiene que ver con la experiencia personal, asociada al propio manejo del sistema nervioso que en la edad madura se puede lograr con orientación profesional.
Siempre es un buen momento para consultar con un profesional de la salud sexual y a esta edad los tratamientos son más breves y muy efectivos cualquiera sea el problema. Como dijimos antes, se aprenden nuevas formas creativas de ser sexuales que pueden hacer sentir una plenitud sorprendente.
En conclusión, en la edad madura, con un estado de salud bueno o comprometido por alguna patología, se puede lograr que la calidad de vida mejore y que, asesoramiento sexológico mediante, se descubra una sexualidad plena, renovada y estimulante, a veces completamente diferente, pero más interesante que la que se practicaba en las décadas previas.
Por la doctora Beatriz Literat, médica sexóloga clínica y ginecóloga del Departamento Medicina Sexual de Halitus Instituto Médico.