A siete años de las que aman el fútbol

Nunca he olvidado esa tarde de junio de 2014. Mayte Romo, estaba recién estrenado su casa editorial Elementum, entró a mi cubículo con una caja de cartón. La colocó sobre mi escritorio y empezamos a abrirla, emocionadas y ansiosas. Ahí estaban, los primeros tomos de un libro que ella había aceptado editar y yo me había atrevido a compilar. Un libro titulado: “Las que aman el futbol y otras que no tanto”. 

Nos llenábamos de orgullo porque había sido parido justo en la cuna del futbol mexicano, la ciudad de Pachuca. Había salido a la luz pese a las malas vibras de dos jefas villanas que habían cerrado todas las puertas, pero no sabían que nosotras entrábamos y salíamos por ventanas. Demostraba que no era difícil encontrar aliadas pues de once autoras propuestas, se juntaron 26 y un buen machín insistió unirse con nosotras. Lloramos de gusto, sobre todo al aspirar su aroma de libro nuevo, porque la necedad es una fuerza, porque la suerte no puede abandonarte cuando la buscas. Fue así como un grupo conformado por investigadoras, profesoras, estudiantes, feministas y un investigador expresamos en ensayos y relatos la aceptación o el rechazo, el gusto o el disgusto por uno de los deportes más populares del mundo: el futbol. 

Con la finalidad de cuidar la calidad y contenidos de la obra, se propuso que fuera dictaminada por dos expertas en los estudios feministas. En uno de los dos dictámenes, Mercedes Charles argumentó: “Estos ensayos analizan diversas facetas del futbol, permitiendo al lector reflexionar acerca del matiz de género que involucra este popular deporte. Se trata de un conjunto de miradas que, a manera de caleidoscopio, aportan análisis novedosos e interesantes del futbol, dejando ver los secretos que encierra y dando múltiples pistas para su análisis como un espacio material y simbólico donde la discriminación de género está presente. Este deporte -que genera momentos de felicidad y cercanía, de rabia y desconsuelo, de amor y odio, de pasión y esperanza- es considerado un juego de hombres. Se trata de un espacio de lucha y de supremacía masculina en el discurso, en el juego, en los torneos, en el lenguaje, en la exclusión de las mujeres. El libro tiene la virtud de ofrecernos una triple visión que entreteje categorías de análisis provenientes de la academia, con relatos procedentes de la experiencia personal y con experiencias de la vida profesional de mujeres relacionadas con el futbol. Ello nos brinda un panorama amplio del fenómeno futbolístico, que logra entretejer lo micro y macro, lo personal y lo social. Por todo lo anterior y por la calidad de su contenido, considero que la publicación de este libro es fundamental para el entendimiento de este deporte que no solo es un deporte, es muchísimo más”.

Durante 2014 y parte de 2015 lo presentamos en todos los escenarios imaginables e inimaginables, en la Feria Universitaria del Libro (FUL) de mi querida universidad hasta las celebradas en el Palacio de Minería, en Tabasco y en Nuevo León. Recorrimos el país con ese libro bajo el brazo. Tantas reseñas, tantas entrevistas para narrar cómo surgió la idea, quiénes formamos parte de ese proyecto, qué esperábamos al publicarlo. Hasta la fecha está considerado como uno de los cinco libros que nadie debe perderse sobre el tema de mujeres y futbol. Sin duda, Las que aman el futbol y otras que no tanto, fue y es un libro representativo en esta temática. Es citado en trabajos académicos y consultado por estudiantes, además de que se sigue presentando en diferentes lugares del país. Su contenido lo podemos clasificar en cuatro ejes básicos: 

  • Estudios de género y feministas 

Hortensia Moreno destaca la manera en que la cultura nos aleja del ámbito deportivo por ser mujeres y además citaba los trabajos de personalidades expertas en el tema y si bien reconoce que no le gusta el futbol jamás lo descalifica, más bien demuestra una gran preocupación por las niñas que en este siglo XXI se aproximan a practicar el futbol y todavía no tienen garantizado un escenario de equidad, siempre habrá obstáculos, discriminación y descalificativos. El futbol ya no puede ser solamente el juego del hombre.

Por su parte, Guadalupe López argumentaba que la exclusión siempre está latente en el binomio mujeres-futbol ya que los discursos biologicistas centrados en la resistencia, fuerza muscular y velocidad siguen afirmando que estas características solamente pertenecen al sexo masculino.

Claudia Pedraza, joven especialista que se está convirtiendo en una referencia obligada para analizar el futbol desde la perspectiva de género, advirtió de manera muy precisa tres supuestos rodeados de sexismo ante la decisión de una mujer que desea ser futbolista: Que la actividad deportiva masculiniza a las mujeres, Que la actividad deportiva resulta peligrosa para las mujeres y Que la actividad deportiva no interesa a las mujeres. A su juicio dichos argumentos limitan el acceso a prácticas deportivas consideradas masculinas y además los mecanismos de socialización de las mujeres (que sostienen la protección del cuerpo y la permanencia del espacio personal) las relegan a una situación en la cual el deporte permanece como un ámbito de acción que no les resulta propio

  • Lazo con los hombres próximos en nuestra vida.

En el libro se delata la importancia de la figura paterna para integrar a su hija en este deporte. Son 10 textos donde las autoras evocan la presencia masculina en su familia y declaran que fueron sus padres quienes las animaron, las integraron, las invitaban a jugar o asistir al estadio. Incluso, algunas indican que fue el tema que les permitía tener una relación de afecto y hasta de comunicación con sus papás. Entre ellos, destaca el de Irina Velázquez Zurito que en su relato reconocía que el futbol la unía a su padre, “era el pretexto para compartir un espacio; el tema obligado para abrir una conversación con papá, por ser más fácil platicar sobre estadísticas deportivas que sobre problemas familiares; una excusa para vernos e imaginar que teníamos algo en común, la posibilidad de abrazarnos y festejar tras el sabor de la victoria”.

En su texto, Cuando el futbol me inspira, Elvira Hernández Carballido confiesa que le gusta el futbol por “herencia paterna” y ¿por qué no? para admirar la belleza masculina. En tanto, Paz Molina Carreño describió a su abuelo Juan “El Trompo” Carreño, estrella del equipo Atlante y de la selección nacional mexicana en la década de los veinte del siglo pasado. 

  • El periodismo deportivo

El libro da espacio para que cuatro reporteras de deportes compartan las dificultades que siguen enfrentando las mujeres que deben ir a cubrir un partido de futbol, que buscan un espacio en esta sección de cualquier periódico o noticiario, que tienen la certeza de poder narrar un partido. Una de ellas es Fernanda Aguilar, ella reconoce que en el futbol he encontrado grandes sorpresas y momentos y entendió que se trata únicamente de deporte y entretenimiento: de un pasatiempo desestresante y concluye: “Vivir la pasión fuera o dentro de la cancha no me hace menos mujer”. 

  • Entre el amor y el odio

Otras autoras, prefirieron dar voz a las mujeres que han jugado futbol y la manera en que han luchado por ganarse un lugar, así como cada logro en este deporte. No fue coincidencia que, en varios textos quedara plasmada la voz de Maribel Domínguez. 

En las siguientes páginas se da voz a las pamboleras y a las fanáticas, pero también a las que no se emocionan tanto con este deporte. En efecto, las ocho colegas envueltas en un “no tanto” expresan sus verdades y sus críticas, debaten y argumentan y contra/argumentan, la distancia es respetuosa pero finalmente es distante e indiferente.

Nacido en 2014, “Las que aman el futbol y otras que no tanto”, sigue siendo mi único bestseller, un libro bien querido, un texto que me reconcilia con la vida. ¿No lo han leído todavía? Pueden solicitarlo a editorial Elementum que lo mandará hasta las puertas de su casa: editorialelementum@gmail.com 

 

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Usa anteojos de armazón sirena para intentar observar la vida con mayor claridad. Adora las minifaldas y colecciona medias con las figuras llamativas. Aunque valora más sus manos, las mismas que siguen brincando con pasión e ilusión por el teclado de su computadora para compartir lo que piensa, en lo que cree y el mundo en el que le gustaría vivir. Está absolutamente convencida en la utópica posibilidad de convertirse en otro modo de ser humano y libre como dice Rosario Castellanos. Es profesora investigadora en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Desde 2003 vive en la Bella Airosa. Estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en la UNAM, la licenciatura, la maestría y el doctorado, todo en el campo académico de la comunicación. Periodista desde 1987. Actualmente tiene la columna Bellas y Airosas. Es comentarista del noticiario de Radio Universidad de Hidalgo y colabora en Alas Mujeres. Ha escrito diversos artículos, ensayos y libros