Ahora, hablamos de alternancia en el gobierno de Hidalgo, pero ¿En verdad hablamos de alternancia? No, no me refiero al dicho de muchos en torno a que el resultado de la elección del domingo 6 de junio no se puede reconocer como alternancia, aduciendo el origen político del candidato ganador.
Más bien me refiero a lo que los dirigentes políticos de MORENA, entienden por el concepto, hablan de alternancia pero apuntan a la aniquilación del contrario, a su extinción. Eso no se llama alternancia política, ¿Podría mencionarse como transición democrática? ¿liberalización política? ¿Sabe MORENA de lo que está hablando en el ámbito político electoral? ¿Habla de la transición electoral?
Cada uno de estos criterios, tiene una definición, una conceptualización que lo describe de una manera clara y adecuada; el problema es que la conceptualización, la imagen que se han formado de transición algunos integrantes de MORENA, difiere por completo de lo que significa para muchos.
Rosendo Bolívar Meza en su estudio La construcción de la alternacia política en México asegura: “El valor fundamental de la alternancia es que no sólo cambien las personas o los partidos en el poder, sino que haya un cambio positivo en el funcionamiento de las instituciones de una democracia representativa”.
Valdría la pena preguntar si en México hay un cambio positivo, no, tampoco me refiero a los programas sociales, sino más bien a la convivencia política, a la aceptación del contrario, del que disiente de la forma de hacer y gobernar. El mismo que es calificado desde la conferencia matutina del presidente y después se repite a manera de consigna y de meta, destruir, desacreditar. ¿Alternancia? ¿Transformación?
El mismo Bolivar Meza asegura que la alternancia es “una modificación en la distribución del poder acompañado de una introducción de controles institucionales a la discreción gubernamental, generar incentivos para hacer políticas públicas más eficientes y equitativas”.
Pero en el caso de nuestro país, los controles institucionales se han modificado de manera contundente, de hecho el último intento fue el decreto del presidente de la república para que las obras públicas iniciaran actividades y de manera posterior presentar el Manifiesto de Impacto Ambiental.
Esa es la realidad nacional en la que se da el triunfo de MORENA en Hidalgo, pueden hablar de transición democrática, pero de ninguna manera, de alternancia política.
El triunfo, en los resultados preliminares dados a conocer por el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo, muestran lo apabullante del triunfo.
Ahora, el candidato ganador, debe mantener una búsqueda de construir una narrativa propia, decodificar la realidad estatal a partir de su propia actividad de gobierno y no convertirse en un emulador de la práctica presidencial, construir sus propias consignas de trabajo y acción.
Guillermo Trejo asegura que “Es probable que la democracia surja sin la alternancia, pero no es posible que la democracia funcione sin la alternancia” esto implica dos cosas, ¿MORENA llega al poder para constituirse en el partido hegemónico y tratar de emular la historia priísta de gobernar décadas al estado de Hidalgo? ¿Entenderá la alternancia política como la consolidación democrática y la rotación de la presencia de partidos políticos en el gobierno?
Los que saben, dirán que no es culpa de MORENA si se queda más de 9 décadas en el poder, sino de la oposición incapaz de ganar limpiamente en la elección. Pero eso solo demuestra que no son capaces de ir más allá de escuchar y aplaudir la conferencia matutina; si solo fueran capaces de entender como desde ahí se aniquila al contrario, al disidente. Esperemos que en Hidalgo, sea verdaderamente diferente.





































































