El arzobispo con Premio Nobel de la Paz, recibió honores como uno de los grandes héroes por el amor y la defensa de su pueblo durante el Apartheid una de las épocas más violentas contra los negros
Ciudad de México.- En una ceremonia muy emotiva se realizó el funeral de Estado al arzobispo Desmond Tutu quien murió el pasado domingo a los 90 años de edad, el además de haber obtenido el premio Nobel de la Paz, en Sudáfrica y el mundo se le consideró un héroe por su lucha pacífica contra la injusticia racial que se dio sobre la comunidad negra.
Su familia y quienes le acompañaron estaban visiblemente emocionados por todas las muestras de amor hacia el desaparecido arzobispo y luchador social que hizo mancuerna con Nelson Mandela para luchar contra el Apartheid.
El servicio religioso fue celebrado en la Catedral de San Jorge, en Ciudad del Cabo, donde Tutu predicó y desde donde inició su lucha a favor de la paz.
El presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa, entregó la bandera de su nación a la viuda de Tutu, «Mama Leah».
Durante la ceremonia fúnebre, Ramaphosa, calificó a Tutu como “La brújula moral y la conciencia nacional” del pueblo sudafricano.
“Nuestro difunto padre encabezó una lucha pacífica por la libertad, la justicia, la igualdad y la paz, no sólo en Sudáfrica, el país donde nació, sino en todo el mundo», remarcó Ramaphosa
Por su parte, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que dirige la Comunión Anglicana mundial, dio en un mensaje grabado:
Refirió una frase que se decía sobre él
“Cuando estábamos en la oscuridad, él trajo la luz’ y eso (…) ha iluminado a países de todo el mundo que luchan contra el miedo, los conflictos, la persecución y la opresión».
Por su parte el obispo retirado Michael Nuttall, que fue adjunto de Tutu durante muchos años mencionó
“Pequeño en estatura física, pero él era un gigante moral y espiritual».
El cuerpo de Tutu será incinerado y sus cenizas serán colocadas detrás del púlpito de la catedral en una ceremonia privada.
Agencias internacionales reportan que, en la Ciudad del Cabo, había condiciones climáticas adversas por una pertinaz lluvia, pero el sol brilló después de la misa de réquiem, cuando seis clérigos vestidos de blanco sacaron el féretro de la catedral.
Desmond Tutu fue un clérigo y pacifista sudafricano que adquirió fama internacional durante la década de 1980 por su lucha contra el Apartheid.
Tutu fue el primer sudafricano negro en ser elegido y ordenado como arzobispo Anglicano de Ciudad del Cabo y luego Primado de la entonces Iglesia de la Provincia de África Meridional y en 1984 fue laureado con el Premio Nobel de la Paz.
Entre muchas de sus frases célebres que llevaron a la reflexión destaca la siguiente:
“Estamos hechos para el bien. Estamos hechos para el amor. Estamos hechos para la amistad. Estamos hechos para la unión. Estamos hechos para todas las cosas bellas que tú y yo conocemos. Estamos hechos para decirle al mundo que no hay forasteros”, frase que en estos tiempos aplica ante el grave problema de las migraciones en el mundo.