El capitán planeta, puso sus pies en la tierra, al centro del círculo, en el punto donde habían confluido los elementos, miró a su alrededor, como intentando reconocer algo. Su mirada se detuvo en el espectro de Ma-Ti, que en ése momento cambió de aspecto, dejó de ser el viejo arrugado de barbas blancas, para volver a lucir como el joven de 20 años, muerto tantos años atrás.
– ¡Ma – Ti!, ¿eres tú?- le habló el capitán planeta al reconocerle- ¿Pero que te pasó?
– Hola capitán, si, ¡soy Ma-Ti!- le dijo el espectro conmovido, su voz se quebraba al tiempo que parecía que iba a llorar- Bueno, sólo en espíritu, mi cuerpo volvió a la tierra hace años…
– ¿significa que moriste? ¿hace cuánto tiempo? Perdona si te molesto con mis preguntas, es solo que como no soy humano, no estoy consciente del paso del tiempo, mi cuerpo no envejece y no puedo morir- se disculpó el capitán América.
– Estamos en el año 2021 Capitán. La última vez que nos vimos, fue hace 29 años, era 1992. Yo morí en ése año, unos mercenarios fueron a buscarme el día de mi boda, me mataron para poder quitarme el anillo- de reojo vio a su Amada Nan- Ki, quien lloraba amargamente aunque en silencio recordando el triste fin que tuvo el día que se suponía debía ser el más feliz de su vida- Afortunadamente Suchi lo rescató y lo ocultó en la selva, evitando que cayera en malas manos. El anillo estuvo escondido hasta hace poco que Steve, éste niño que ves aquí, bueno, su perro, Mané, éste can que nos acompaña, lo encontró, despertándome. Y desde hace un mes, entreno a éste chico como mi reemplazo.
– Hola, soy Steve, nací en Australia, aunque llevo muchos años viviendo en Brasil- dijo el niño, tan emocionado como lo estaría cualquiera ante una celebridad que idolatra- Él es Mané, mi perro.
– Hola señor Capitán- respondió el perro en lenguaje humano, lo cual causó gran sorpresa entre todos, pues nunca habían visto algo así.
-Se lo que piensan: “¿El perro habla?”. Pues si, todos los animales hablan en su idioma, solo Steve y yo, hemos logrado entenderlos con ayuda del poder del anillo, éste es un pequeño truco que hemos preparado para ustedes, por un segundo han sido capaces de descifrar verdaderamente el idioma perro- Les aclaró Ma-Ti, brevemente para continuar con su discurso a la vez que recuperó su aspecto de viejo- Mi espíritu vive en el anillo, no tengo un cuerpo, cuando morí, rechacé irme a descansar a la tierra de los muertos, preferí quedarme para seguir peleando por el planeta y crear el nuevo equipo de planetarios, al igual que Kwuame.
-¡Hola Chicos!- respondió el espíritu de Kwuame, acabando de aparecer justo detrás de Barkhit quien sumamente sorprendido no pudo contener una expresión de miedo y desconcierto
-¿Qué haces tú aquí?¿ tú también moriste?¿Cuando?- no podía creer que la figura de aquel viejo desnutrido y débil se apareciera justo frente a él, para hablarles con su voz grave y poderosa.
-Justo ahora, mi corazón humano acaba de dejar de latir en ése hospital donde me atendiste, recuerda, yo era un paciente olvidado. Mi cuerpo quedó inservible para continuar con mi misión en el planeta.
– Pero no te rendiste amigo, gusto de verte- le saludo Wheeler- a diferencia mía. Discúlpame, fui un cobarde.
– Las decisiones ya han marcado el camino en el que nos encontramos ahora, no hay manera de volver atrás, debemos concentrarnos en lo que está frente a nosotros, una nueva oportunidad– continuó Kwuame, quien antaño fuera el líder de los planetarios, el primer guerrero, el mas fuerte- Capitán, te presento al resto del equipo: ella es Linka…
– Hola Capitán- le saludó ella, de sus ojos azules finalmente brotaron un par de lágrimas, algo sumamente excepcional, pocas veces visto, ya que tenía un temple de acero, en el cual parecía que no había lugar para la tristeza ni tiempo para llorar. Parecía que sus ojos no podían producir lágrimas, la única ocasión en que la habían visto llorar, fue justamente cuando la muerte de Ma- Ti, 29 años atrás.
– Luces diferente, tu cabello era rubio, ahora es gran parte, blanco, aunque lo dejaste largo- Le contestó el Capitán.
– Envejecí. Es lo que nos pasa a los humanos, yo no puedo cambiar de aspecto como lo hace Ma-Ti. Por cierto, Kwuame, ¿porque tu luces como un viejo aún?
– Tal vez sea porque acabo de morir, éste plano astral es desconocido para mí.
– Es cuestión de tiempo viejo, con los años te acostumbras, si decides quedarte, lograrás hacer lo que yo, o… te puede ir a descansar con el resto de las almas y olvidarte del aspecto- le respondió Ma-Ti.
– ¡Tú debes ser Yi!- continuó el Capitán Planeta, viéndola- no has cambiado mucho, solo luces algunas arrugas y otro poco de cabello blanco. ¿Quién es usted señor?
-Soy Wheeler- le respondió inclinando la cabeza en señal de vergüenza y respeto, era obvio que no se perdonaba a sí mismo por haber dejado al equipo.
– ¡Wheeler!, luces muy distinto- le miraba de arriba abajo, como si fuera un robot escaneando un objeto, algo no cuadraba, ése hombre obeso no podía ser Wheeler, no era así su cara ni su piel.
– Lo sé, estoy viejo y gordo. Hace años que renuncié al equipo, pero también conseguí un reemplazo, ésta chica de nombre…
El capitán planeta no le dejó terminar la frase
-¡Gaia!- dijo dirigiéndose a Xóchitl. Mientras se arrodillaba como alabando a la reina en persona- Te queda muy bien ésa imagen.
– No, capitán debes estar confundido- intentó aclararle Yi, mientras enjugaba lágrimas de alegría- ella no es Gaia. No puede ser, tiene padres humanos y Gaia es una diosa inmortal.
– Pero puedo encarnar en quien yo quiera…- Le respondió “Xóchitl”, causando una gran sorpresa en todos los presentes mortales, mas no así en los espíritus de Kwuame y Ma- Ti, quienes al parecer ya se habían dado cuenta. Su voz sonaba diferente, como de una mujer mayor, ya no la de la adolescente que habían conocido días atrás. Una voz que reconocieron los antiguos planetarios, que la habían escuchado antes.
Se miraron los unos a los otros, buscando respuestas. Y de nueva cuenta el espíritu de Ma- Ti, tomó la palabra.
– Así es amigos, ella es “Xóchitl”, La encarnación de Gaia/Tlaltecuhtli. Una de sus muchas representaciones en las mitologías antiguas.
– Gracias Ma- Ti, tu siempre tan gentil- Sonrío Gaia- ¡Hola planetarios, que gusto tenerlos otra vez reunidos! Efectivamente, soy Gaia, elegí el cuerpo de ésta joven, cuando aún era niña, para hacerme visible y palpable ante los ojos de la humanidad, ahora me ven en redes sociales, escribo libros, salgo en documentales y hasta participo en una campaña de ropa; me he convertido en un fenómeno social y comercial que si llama la atención de los humanos, espero tener mejores resultados.
– ¿Porque hasta ahora Gaia?, pudiste habernos contado el plan antes y no tenernos con dudas- Le reclamó Linka.
– ¡Precisamente por ésas dudas Linka!, Tienes voluntad, pero ya no tienes fe…
Continuará…
Chaneke verde