De acuerdo con varios medios de comunicación y confirmado por alumnos y maestros,
a partir del 3 de junio del presente año, diversas escuelas del municipio huasteco de
Huejutla, iniciarán clases virtuales debido a la falta de agua en sus instalaciones; así,
además de la escuela Normal de las Huastecas y la primaria “Gral. Lázaro Cárdenas”,
se suma la Universidad Tecnológica de la Huasteca Hidalguense (UTHH) con sus más
de 3 mil alumnos a la modalidad virtual; al respecto, el señor rector de dicha
institución educativa, señaló que: “se determinó esta medida en conjunto con las
autoridades de la misma Secretaria de Educación Pública de Hidalgo (SEPH)”.
¿Recordamos los resultados de las clases virtuales durante la pandemia? Y, ahora, no
creo que sean distintos y sobre todo, tratándose de estudiantes de una de las regiones
más marginadas del estado de Hidalgo.
De acuerdo con las autoridades a cargo de la operación del Sistema de Agua y
de su respectiva distribución, “La situación del estiaje en Huejutla es crítica y solo
queda agua para una semana”. Además, informaron que: “si no llovía, Huejutla se
quedaría sin agua. Hoy solo queda una semana para suministrar a las colonias". La
verdad, nos encontramos ante una verdadera paradoja, pues la Huasteca siempre ha
sido una región con gran precipitación pluvial y con diversos cuerpos de agua: “cuenta
con abundantes recursos hidrográficos, pues tiene más de 1,000 kilómetros de ríos.
Sus suelos son ricos, aptos para el desarrollo agrícola y la ganadería; el tipo de
vegetación incluye desde manglares, en las zonas bajas, hasta bosques de coníferas, en
la serranía” (UNAM). Según estudiosos en la materia, “La presencia de este fenómeno
(la sequía) nos indica la existencia de prácticas no sustentables en el acceso y manejo
de los recursos naturales, particularmente del agua; asimismo, nos habla de la
insuficiente infraestructura que existe tanto para almacenar el recurso como para
mejorar la calidad de las aguas residuales” (UNAM).
Ciertamente, la escasez de agua y la terrible sequía que se está presentando en
nuestro país y en varias partes del mundo es un gravísimo problema, pero a pesar de
ello y el riesgo que implica para la supervivencia de todo ser vivo, siguen sin tomarse
las medidas adecuadas para resolverlo, pues en el fondo, se siguen ocultando las
verdaderas causas, culpando a la mayoría de los ciudadanos “porque no cuidamos el
agua”; que, ciertamente, –algo de responsabilidad tenemos en ello–, y al cambio
climático. Pero no nos dicen, por ejemplo, que el 60 por ciento de los cuerpos de agua
presentan algún grado de contaminación, que 157 acuíferos están sobreexplotados,
además de que 50 por ciento del territorio ha perdido su cobertura vegetal original.
En esto, ¿todos somos igualmente responsables? Además, del agua que se utiliza en
México, tan sólo el 15% es para abastecimiento público. El resto es para el sector
agropecuario y empresas: “El Instituto Mexicano para la Competitividad y el INEGI
identifican que el sector que hace mayor uso de agua por concepto de uso consuntivo
es el agropecuario. Dicho sector acapara más del 76% de las concesiones de agua,
utilizada para el riego de cultivo y ganadería”.
A lo largo de 2019, se otorgaron 332.9 títulos para uso agrícola ante el Registro
público de Derechos de Agua. Si bien estos representaron solo el 0.1% de los registros,
el volumen total concesionado mediante estos fue del 38% del volumen total. A su vez,
la agencia de consultoría FWD 21, asevera que “7 empresas en el país acaparan 70%
de las concesiones de agua por concepto de abastecimiento público. Algunas de las
mencionadas, además de la Cerveceras, son: Coca-Cola (55 mil millones de litros
anuales), Pepsi (32 mil millones), Danone (15 mil millones), Nestlé (9 mil millones),
Aga (5 mil millones); Asimismo, Jumex (2 mil millones), NutriJugos (mil millones),
Bimbo (1.3 mil millones), Kellogs (1.5 mil millones) y Peñafiel (828 millones).
Así que no solamente es el cambio climático, que también tiene su origen en un
uso desmedido de combustibles y grandes cantidades de contaminantes arrojados por
la gran industria a la atmósfera, a cuerpos de agua y al subsuelo, con casi cero
restricciones oficiales para evitarlo; es el acaparamiento del agua y uso desmedido
por grandes corporativos agrícolas, industriales, y mineros, fundamentalmente. Por
ejemplo, según datos de la propia empresa Coca-Cola, se necesitan 34.5 litros de agua
para producir medio litro de refresco. Aquí no hay ninguna restricción; con ellos los
funcionarios no se meten ni salen a acusarlos de todo lo que se les ocurra; al contrario,
muchos de estos datos los mantienen ocultos y echan la culpa de la escasez de agua al
cambio climático y a la población en general, aun a la que no cuenta con el servicio.
Y, como ya lo habíamos mencionado en colaboración anterior: “Mientras
Conagua continúe ofreciendo concesiones de extracción de agua a empresas privadas,
como las inmobiliarias–que según el secretario Pedro Moctezuma, acaparan la mayor
parte del 70% de los volúmenes de agua, siendo el 2% de los consumidores quienes
cuentan con alguna concesión– y mientras no haya planes de infraestructura hídrica
para los lugares más remotos del país, seguirá escaseando el agua y siendo inaccesible
para millones de mexicanos”. Pero, más allá de las soluciones de infraestructura y
administración pública, “la contaminación producida por la sobreexplotación de este
sistema capitalista, está cambiando la temperatura del planeta y provocando una
crisis ambiental brutal, que los grandes empresarios no van a ceder por su buena
voluntad” (Rebelion.org. 2 de febrero de 2024).
Estando así las cosas, por lo pronto, si no llueve en próximos días, la situación
en Huejutla se volverá insostenible, no solo en los planteles educativos, sino para toda
la población. Sabemos que es un problema nacional y que su solución, por lo tanto,
debe ser nacional, en primer lugar, por parte de las autoridades federales, en
inversión en infraestructura, en privilegiar las necesidades de la población y no de las
empresas privadas y en presentar y ejecutar un verdadero plan hídrico para todo el
país, que incluya a todos los mexicanos. ¿Se hará? ¿Tendrán las autoridades la
voluntad y la responsabilidad de hacerlo sin ninguna presión social? Permítanme
dudarlo.