El gobernador de Hidalgo señaló que la entidad enfrenta una alerta amarilla en seguridad, principalmente en la región de Tula, debido al fortalecimiento de grupos delictivos vinculados al robo de combustible, pero descartó que exista una crisis.
Por: Perla Baños.
Durante una entrevista con medios de comunicación, el gobernador de Hidalgo aseguró que el estado no atraviesa una crisis de seguridad, aunque reconoció que existe una alerta amarilla en la región de Tula, donde se concentra la mayor actividad de los grupos delictivos.
Explicó que el combate al robo de hidrocarburos generó un fortalecimiento económico y organizativo de dichas células criminales, lo que complicó la situación en diversas comunidades. Añadió que estos grupos lograron apoyo social mediante la distribución de recursos ilícitos, logrando cooptar a personas en condiciones de vulnerabilidad, incluidas mujeres y menores de edad.
El mandatario dejó en claro que la situación no debe interpretarse como una crisis, sino como una alerta que mantiene a las autoridades estatales en constante vigilancia. Reiteró que se continuarán los operativos de seguridad en la zona, y subrayó que el gobierno estatal no cederá ante los intereses de la delincuencia, pues la capacidad de la fuerza pública es superior a la de los grupos criminales.
Al ser cuestionado sobre las 44 muertes violentas registradas en julio, el gobernador respondió que se trata de un fenómeno nacional, del cual Hidalgo no está exento. Señaló que la estrategia de seguridad se centra tanto en la prevención como en el combate frontal con los recursos disponibles.
Con ello, el gobierno de Hidalgo busca enviar un mensaje de firmeza y confianza a la población, asegurando que la seguridad sigue siendo una de sus principales prioridades.
