Chaneke verde
Hace unos días, uno de mis familiares me entregó unas cosas en una bolsa de plástico y mi sorpresa fue grande cuando me di cuenta que la bolsa era de la tienda de autoservicio Gigante, cadena comercial que fue absorbida por Soriana hace más de 20 años; tal vez la conociste, tal vez no. La bolsa estaba en perfecto estado, casi nueva y caí en la cuenta que era solo una de las millones de bolsas que se fabricaron en ése entonces y que seguramente siguen por ahí contaminando el planeta. Imagínate, 20 años después, la bolsa no se ha degradado.
1.-Una bolsa de plástico tarda en promedio 150 años en descomponerse
2.- Cada ser humano utiliza entre 280 y 300 bolsas de plástico al año
3.- La vida útil media de cada una es de 12 minutos
4.- Entre 80 y 90 por ciento de los desechos que aparecen en la costa son de plástico
5.- Es bien sabido que el plástico es el principal enemigo número uno de la fauna marina. En cada kilómetro cuadrado de océano hay aproximadamente 29 millones de partículas de plástico (micro plásticos)
6.- Se calcula que se consumen 100 millones de barriles de petróleo al año para fabricar bolsas de plástico. ¿De verdad tiene sentido utilizar cinco minutos un objeto que se queda años en el planeta?
Por todo lo anterior, hace un par años, precisamente en 2019, se lanzó la campaña “Yo sin bolsa, yo sin popote”. ¿La recuerdas? La idea era disminuir el uso de plásticos de un solo uso. Ha sido la campaña ambiental nacional más impactante que recuerdo, con un promocional en la televisión, donde una familia se reunía a comer en su sala, llena de basura, que incluso caía en su comida y se la comían, decía algo así como: ¿Te gustaría vivir así?, miles de especies animales viven así debido a la contaminación de los mares y océanos… Pero luego vino el coronavirus y captó toda la atención de los medios de difusión.
Como parte de dicha campaña, se impusieron multas a los comerciantes que utilizaran bolsas de plástico, en su lugar, ahora utilizan bolsas “bio- degradables”. También fue por ello, que las grandes tiendas comerciales dejaron de dar bolsas de plástico y ahora te venden bolsas ecológicas re- utilizables. Por muy biodegradable que sea una bolsa, la verdad es que empieza su proceso de degradación a los 18 meses en promedio. Y es que la bio-degradación no es un proceso instantáneo; para poder desaparecer la bolsa necesita condiciones especiales de humedad, temperatura y ciertos microorganismos como bacterias y hongos para descomponerse en agua, CO2, carbono y otros. Pero no todos los materiales se descomponen de la misma manera y en ocasiones lo “biodegradable” puede no ser tan bueno.
Verás, a raíz de esa campaña, ahora tenemos una mayor variedad de bolsas de diferentes materiales que son degradables, Oxxo- degradables, biodegradables, compostables, etc. que no desaparecen tan rápido como creemos. Y de eso es precisamente de lo que quiero hablar hoy. Si bien es cierto que todos los materiales se pueden descomponer, ya que nada resiste el paso del tiempo, sea una botella de vidrio, una espada de acero o una pila de celular; se consideran degradables aquellos materiales que requieren “poco tiempo” para desaparecer en condiciones naturales; aunque no existe un consenso mundial respecto a ¿cuánto es “poco tiempo”?, hablamos de tres a seis años en promedio. La mayoría de lo que utilizamos tarda más que eso en descomponerse.
Ahora sí, entrando en materia, ¿qué opciones nos promueven como parte de ésta concientización ecológica?
Las bolsas reutilizables son hechas de materiales no degradables, como la tela, la rafia y el nylon. Son muy duraderas y puedes usarlas por años. Pero toma en cuenta que tardan décadas en degradarse, por lo cual no es conveniente tener tantas. En este sentido, podrías también reutilizar bolsas de polietileno (plástico) más gruesas o bien las que están hechas de PET.
Las bolsas reciclabes de plástico (hay diferentes tipos de plásticos: PET, HDPE= PEAD, PVC, etc..), se pueden reciclar si se les da el manejo correcto, hay centros de acopio, “casas de reciclaje de materiales”, donde se compra y se vende desperdicio industrial, que te las compran por kilo siempre y cuando no contengan residuos de comida o tierra y estén debidamente clasificadas, he ahí el gran problema, porque la mayoría no sabemos distinguir entre los tipos de plástico. Es por eso que la mayoría no se recicla y acaba incinerada en los basureros, emitiendo gases nocivos a la atmósfera o vuelan hasta acabar en ríos y mares.
Las bolsas foto degradables, degradables o fragmentales, son hechas de plástico, a las cuales se les ha añadido algún aditivo que acelera su degradación al entrar en contacto con luz u oxígeno; aunque desaparecen visualmente, sus moléculas permanecen en el ambiente y es a lo que se le llama micro plásticos. Son esos micro plásticos, que no vemos, los que se han encontrado en buena cantidad de los pescados y mariscos que consumimos. Un ejemplo de ello lo encontrarás en las bolsitas de pan dulce Bimbo. Fíjate al reverso, tienen unas siglas: d2w, que precisamente es una sustancia para acelerar el proceso de degradación. ¡Y yo que creía que eran de esas que se desintegran con el agua! Ahora sé que no.
Degradable no es lo mismo que biodegradable, como lo comenté al principio, aquello biodegradable, puede descomponerse en agua, CO2 y carbono, no así lo degradable. Las bolsas biodegradables son aquellas fabricadas con materiales que pueden ser descompuestos por micro organismos, al estar en contacto con agua, aire o luz solar. En su proceso de fabricación se utilizan tanto materiales plásticos no renovables, derivados del petróleo, así como materias renovables como la fécula de maíz, el almidón de papa, desechos de alimentos, polilácticos presentes en la caña de azúcar (PAL), polihidroxialcanoatos producidor por microorganismos ( PHA) y otros compuestos químicos que, para no entrar en tecnicismos, mencionaré solo sus siglas: PHA, PHBV, PCL, PVA, PVOH. Algunas de ellos con también COMPOSTABLES
Compostable no es lo mismo que biodegradable. L a diferencia radica en la calidad del carbono que puede obtenerse a partir de él, no toda esa biomasa es nutritiva para el suelo. Recuerda que algunas bolsas biodegradables, contienen partículas de derivados del petróleo, que, si no son expuestas a las condiciones adecuadas de humedad y temperatura, pueden ser igual de contaminantes por que liberan micro plásticos al ambiente. Además, entre las compostables, hay algunas que requieren procesos industriales con temperaturas superiores a los 55 o 60° centígrados, para degradarse, mientras que las “compostables domésticas”, hechas con almidón de papa, fécula de maíz, PAL o bien las que están hechas de papel, cartón, yuca o yute, requieren temperaturas menores a los 40°C para degradarse, las cuales son fáciles de lograr en condiciones naturales, por eso se les llama domésticas, porque no requieren dichos procesos industriales.
Como puedes ver, aquí surgen algunas preguntas: ¿Qué tan rápido se degrada cada material? ¿De verdad estoy haciendo algo bien por el planeta si utilizo bolsa degradable? ¿Qué tipo de bolsa utilizo?
La primer pregunta es la más difícil de responder, ya que son muchas las variantes que pueden intervenir en la degradación de cada tipo de material, pero te voy a contar de un experimento realizado en Europa, donde se utilizaron bolsas de diferentes materiales que dividieron en 5 grupos: 1.- las convencionales de polietileno, 2.- bolsas Oxxo degradables tipo1, 3.- oxodegradables tipo 2, 4.- biodegradables. 5.- compostables. Y las dejaron expuestas al aire, suelo (las enterraron) y agua marina, sin flora ni fauna, por tres años. Se observó que todas se fragmentaron en nueve meses, promedio cuando fueron expuestas al aire ambiente, pero luego de desenterradas o sacarlas del agua marina, todas, excepto las compostables, ¡prácticamente no se habían desintegrado y aún seguían soportando peso! Se observó que, en éste último tipo de bolsas, la degradación comenzó a los tres meses, aunque 27 meses después, aún seguían encontrándose fragmentos en el suelo. Lo cual permite concluir que todas estas nuevas tecnologías desarrolladas para “contaminar menos”, no son tan buenas como creemos y las bolsas que ahora nos dan en los locales no resuelven definitivamente el problema de la contaminación plástica. Yo por eso me quedo con mi bolsa de tela y siempre seguiré diciendo: “Yo sin bolsa, por favor, ya ve cómo está la contaminación”. A lo cual casi siempre me contestan: “¿sí, verdad?” O “¡Qué bueno que piense usted así, ojalá todos los clientes hicieran lo mismo!”
Chaneke Verde,
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