Una de las costumbres de Día de Muertos de la Sierra Otomí Tepehua con más arraigo, relatan , esta compuesta de objetos sagrados entregados a lo pobladores de la zona durante la evangelización
San Bartolo Tutotepec, Hidalgo, 02 de noviembre de 2022. – Este Día de Muertos, la Secretaría de Cultura de Hidalgo, invita a conocer “Las animitas”, una de las costumbres con mayor tradición en la región de la Sierra Otomí Tepehua, principalmente en San Bartolo Tutotepec.
De acuerdo con relatos se compone con piezas sagradas que fueron entregados de los pobladores de la zona durante la evangelización.
“Las animitas” recorren las diferentes comunidades de la región debido al fervor de quienes las siguen. Durante todo el año se llevan a cabo actividades y encuentros entorno a estos objetos pero el 2 de noviembre es su fiesta principal, cuando son llevados a San Bartolo Tutotepec para iniciar nuevamente el ciclo.
Las raíces culturales de esta tradición datan de épocas prehispánicas, donde este culto significaba persistencia de la vida más allá de la muerte.
El Día de Muertos es una celebración muy especial en la región Otomí Tepehua, conocida como Todos Santos y en la lengua ñuhu, variante del hñähñú de esta zona, se denomina como Ngo du.
En los municipios de Tenango, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla se colocan los altares con algunas particularidades que tienen que ver con el número de arcos o con la colocación de un pollo entero cocido colgado como platillo principal, por ejemplo.
Aquí como en muchos otros rincones del estado y del mismo país, la costumbre está ligada a las ofrendas a los altares que lucen apetitosos platillos y bebidas favoritos de los seres queridos que ya trascendieron del mundo terrenal, sin olvidar también las ceras o veladoras y los retratos, entre otros elementos característicos.
Sin embargo, la festividad cobra gran relevancia en San Bartolo Tutotepec no solo por “Las animitas” sino también por su ceremonia denominada “Llorada del hueso”, donde la tradición oral relata cómo, hasta hace algún tiempo, los restos de los difuntos eran exhumados para limpiarlos y posteriormente degustar los alimentos en su compañía en un ambiente de solemnidad y recuerdos.
Las tumbas abiertas, que dejaban ver los restos, eran adornadas con coronas de flor de cempasúchil o algunas otras elaboradas con papel, alimentos en jarros, cazuelas nuevas, ceras gruesas encendidas y los copales con incienso. Antes de ser prohibida por cuestiones sanitarias, el ritual concluía con la nueva inhumación.
Las visitas al panteón continúan vigentes y se colorean de naranja, se entierran o colocan encima canastas con comida y velas en honor a las almas que nos visitan. Desojan las flores de cempasúchil para adornar el lugar de reposo, mientras en el fondo, los tríos huastecos y las bandas de viento entonan sones propios de Todo Santos o aquellas melodías que en vida cantaban y bailaban los difuntos.
En el municipio de San Bartolo Tutotepec, vecinos de diferentes comunidades y de la cabecera municipal, celebran el 2 de noviembre desde muy tempranas horas en el panteón para honrar a seres queridos.