Los medios de comunicación en la óptica de Ricardo Monreal

por Leonardo Valadez C.

Para el cronista parlamentario empedernido, ese que sigue las actividades propias del Senado de la República, de la Cámara de Diputados Federal y del Congreso local de la Ciudad de México, así como de los congresos de los 31 Estados de la República, siempre es grato saber que el senador Ricardo Monreal Ávila es un hombre al que interesa la opinión pública y el que se conozcan las actividades de la Cámara Alta, antes, Xicoténcatl.

En el Senado de la Republica, los medios muestran mayor interés por determinadas Comisiones Ordinarias del Senado, bien puede ser la actividad propia de la Junta de Coordinación Política del Senado, a cargo del senador presidente Ricardo Monreal Ávila, o del presidente de la Mesa Directiva, Eduardo Ramírez Aguilar, presidente hoy por hoy, de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

Comisiones como la de Gobernación, a cargo de la Senadora de Tabasco, Mónica Fernández Balboa son de interés generalizado, tanto por el impulso que imprimió en su primera etapa el senador por el Estado de Michoacán, Cristóbal Arias, con o por el trabajo de la senadora Fernández, que en otro momento fue presidenta de la Mesa Directiva: Los temas de esa Comisión, son importantes para los medios impresos, de radio, televisión y ahora los medios alternativos.

El senador Cristóbal Arias “mal acostumbró” como presidente de la Comisión de Gobernación, ahora en manos de la senadora Mónica Fernández Balboa, a los periodistas, pues era frecuente verlo platicar con los columnistas en el Patio del Federalismo, comentarles los temas que tenía agendada la importantísima Comisión a su Cargo y en no pocas ocasiones, atendía a los reporteros que, llegaban de Michoacán a platicar con él; siempre fue atento para con los representantes de la prensa nacional.

En contraparte, periodistas como Francisco Garrias, de la casa Excélsior, de Ubaldo Díaz, de la Razón y su portal “Hombres del Poder”, Roberto Vizcaíno, José A. C jaez, Víctor Sánchez Baños, Marta Anaya y quizá a prudente distancia, Raymundo Riva Palacio se muestra interesado en los temas del Congreso, desde su leidísima columna de El Financiero.

Quizá porque España fue siempre uno de mis puntos favoritos a visitar cuando en Europa me encontraba, con Madrid, Barcelona, Sevilla, Segovia, Baleares: Mallorca, Menorca… O porque ello ocurrió a partir de la muerte del General Franco y el arribo de la Democracia, el caso es que me atrapó una de las colaboraciones del Senador Monreal, muy de madrugada en la Radio.

“El expresidente de España Felipe González solía distinguir entre “opinión pública y “opinión publicada”, dijo Ricardo Monreal de quien fuera presidente de España y con quien pude disfrutar una buena cerveza en la Zona Rosa, invitado por mi amigo Juan Ruiz Healy, el caso es que el comentario del senador, me atrapó.

“De esa forma llamaba la atención sobre un fenómeno de las democracias contemporáneas: la disfuncionalidad o separación creciente entre lo que piensa la gente sobre temas públicos y lo que publican los medios tradicionales de comunicación prensa, radio y televisión”, expresó el senador Monreal.

En México, agregó en su comentario, algunas y algunos comunicadores suelen distinguir entre “círculo verde” (opinión pública) y “círculo rojo” (opinión publicada), para resaltar las diferencias entre lo que piensa y decide el promedio de la ciudadanía y lo que ventilan y destacan los medios de comunicación. Lo que sigue es del senador Monreal:

En esta disfuncionalidad o separación de opiniones tiene mucho que ver la irrupción de las redes sociales, que cambió el modelo de comunicación política basado en la unidireccionalidad vertical del mensaje masivo (la ciudadanía veía, leía y escuchaba una noticia, sin posibilidad de réplica o comunicación al instante), por una comunicación bidireccional horizontal, personalizada y en línea.

Este modelo horizontal de comunicación política, esencialmente reticular, hizo disfuncional el modelo de comunicación vertical a través del cual la prensa, la radio y la televisión suministraban información y opiniones previamente seleccionadas, filtradas y matizadas por un consejo editorial, una mesa de redacción o una línea de mando, que no necesariamente coincidía con la visión, los intereses o el juicio de la mayoría de las audiencias.

El desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación, así como la masificación de dispositivos inteligentes hicieron de cada ciudadana y ciudadano un reportero, un periodista y un comunicador en activo.

La posibilidad de tener un canal de televisión propio en YouTube, con un mínimo de inversión, o la transmisión simultánea en vivo de un evento a través de un portal al que miles o millones se conectan de inmediato, en cualquier parte del planeta, y donde lo único que se requiere es una señal de internet, vino a democratizar el acceso a los medios informativos como nunca en la historia de la comunicación humana.

Hoy el “círculo verde” no necesita del “círculo rojo” para informarse o para tomar una decisión. Es a la inversa: buena parte de la información y de las tendencias informativas se deben tomar de las conversaciones y de las opiniones en los chats y en las redes, a fin de sobrevivir o insertarse en la masificada y omnipresente “opinión pública”.

Pero tampoco habrá que idealizar este modelo emergente de comunicación política horizontal. Sabemos de sus limitaciones, deformaciones y abierta manipulación. Bots, memes, trols y la jungla de fake news son leños para encender la hoguera de los linchamientos y juicios mediáticos, en que las pasiones y los prejuicios desplazan a las razones y a los juicios.

En esta selva digital no hay garantía de audiencia, ni posibilidad de réplica ni derecho a la privacidad o al olvido. Mucho menos posibilidad de conseguir un amparo que proteja las más elementales garantías individuales. Iniciativas como la recién aprobada Ley Olimpia son un buen inicio, pero aún falta mucho por recorrer para lograr una verdadera ciudadanía digital, que haga de la disfuncionalidad mediática actual una oportunidad para civilizar a la sociedad mexicana y no para envilecerla o degradarla.

Éste si que fue un amplio comentario en torno al Congreso y los Medios de Comunicación, que explica por sí mismo por qué a los periodistas la información de Comisiones suele ser “para ayer”, razón para reflexionar en torno a la importancia de los medios en lo que llama la Cuarta Transformación.

Boomerang. – Cineteca Chihuahua, en alianza con el Instituto Mexicano de Cinematografía y su plataforma digital Filmin Latino México, ofrece esta opción para apreciar cine de calidad de manera gratuita y desde la comodidad del hogar, a través de cualquier dispositivo móvil.

“Leto” fue seleccionada para competir por la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2018. Es una película musical coproducida entre Rusia y Francia, dirigida por Kirill Serébrennikov, que relata historias de la escena del rock underground en la ciudad de Leningrado a comienzos de 1980, cuando imperaba el régimen soviético.

Narra la historia de Viktor Tsoï, un joven músico que creció escuchando a grupos como Led Zeppelin, T-Rex y David Bowie, y su encuentro con Mike y su esposa Natacha, quienes cambiarán su destino para juntos construir una leyenda como pioneros del rock ruso.

leonardovaladezc@yahoo.com