El presidente venezolano Nicolás Maduro firmó un decreto de conmoción exterior que le otorga facultades extraordinarias en seguridad y defensa. La vicepresidenta Delcy Rodríguez anunció medidas como la movilización de la Fuerza Armada, activación de la Milicia y control de infraestructura estratégica, en respuesta al despliegue militar estadounidense en el Caribe.
Por: Perla Baños.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, decretó este jueves la conmoción exterior, un estado de excepción contemplado en la Constitución y la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción (LOEE), que concede al Ejecutivo poderes extraordinarios para enfrentar supuestas amenazas militares externas.
El anuncio fue realizado por la vicepresidenta Delcy Rodríguez durante la sesión del Consejo Nacional por la Soberanía y la Paz con representantes diplomáticos acreditados en Caracas. Rodríguez detalló que, de activarse, el decreto permitirá:
- Movilización total de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
- Activación inmediata de la Milicia Nacional Bolivariana.
- Toma militar de infraestructura estratégica, como instalaciones petroleras y mineras.
- Cierre de fronteras y planes especiales de seguridad ciudadana.
La funcionaria advirtió que también se sancionará a quienes promuevan o hagan apología de una agresión militar externa contra Venezuela. La LOEE faculta al Ejecutivo a requisar bienes muebles e inmuebles necesarios para garantizar la defensa nacional y obliga a toda persona física o jurídica a colaborar con las autoridades.
El decreto se produce en medio de crecientes tensiones entre Caracas y Washington, luego de que el gobierno venezolano denunciara el despliegue de buques de guerra, aviones y un submarino nuclear estadounidense en el sur del Caribe, frente a aguas venezolanas. Además, medios internacionales han reportado que funcionarios de EE. UU. evalúan opciones militares contra Venezuela, lo que motivó la medida.
Hasta ahora, el gobierno venezolano no ha divulgado el texto completo del decreto ni su duración exacta, aunque su aprobación marca un endurecimiento de la postura oficial frente a lo que Maduro califica como amenazas a la soberanía nacional.