Marcelo Ebrard señaló que tiene un ‘Plan B’ si Morena no le da la respuesta que anhela a su impugnación del proceso interno, en el cual, resultó ganadora Claudia Sheinbaum.
En caso de que no se atiendan las observaciones señaladas en la impugnación, Ebrard anuncia que a partir del 18 de septiembre buscará fundar su propio partido político al que denomina Movimiento Progresista, y emprenderá una gira por todo el país.
Con la esperanza viva, Ebrard dio un ultimátum a Morena y descartó tener interés en algún cargo político y de no obtener el resultado que espera de Morena abandonará su interés de permanecer
Un día después del lunes 18 de septiembre, anunció que iniciará un recorrido por todo el país para hacer un llamado a la democracia y denunciar las irregularidades cometidas en su contra. Los recorridos dijo, finalizarían a mediados de octubre.
El excanciller asegura que cuenta con el apoyo de casi medio millón de simpatizantes tanto de Morena como de los partidos aliados (PT y PVEM).
Ebrard reiteró su lealtad al Presidente Andrés Manuel López Obrador y se describió como el colaborador más leal; en espera, tal vez de la reflexión presidencial y de Morena para reponer el proceso interno.
Considera que las irregularidades denunciadas en el proceso no corresponden a los ideales éticos de Morena.
El exfuncionario federal enfatiza que si no se abordan las irregularidades en el proceso interno de Morena, esto tendrá repercusiones no solo en su futuro político, sino también en Morena en su conjunto.
“Esta decisión no afectará solamente el futuro de Marcelo Ebrard, sino de todos los procesos de Morena (…) ¿Así van a ser todas las encuestas, todos los procesos?”, sentenció.
Morena rechaza la solicitud de Ebrard
Desde que Ebrard expresó su intención de reponer el proceso interno, los líderes de Morena han descartado esta posibilidad.
Varios dirigentes de Morena, incluido Mario Delgado, presidente del partido, han instado al ex canciller a respaldar la designación de Claudia Sheinbaum y han desestimado las observaciones presentadas por Marcelo Ebrard, quien se niega aceptar la realidad.
