La directora ejecutiva del organismo internacional en México, Edith Olivares, aseguró que el país vive actualmente una “crisis” de derechos humanos que se ha profundizado en los últimos años
8 de julio de 2022.- México ha sido “indolente” frente a las violaciones de Derechos Humanos y ante los crímenes de mujeres, periodistas y activistas que solo exigen verdad y justicia, así lo consideró Edith Olivares, directora ejecutiva de Amnistía Internacional (AI) México.
“El Estado mexicano ha sido un Estado indolente frente a estas violaciones a derechos humanos y frente a las personas que se tienen que convertir en defensoras de derechos humanos y que solamente están exigiendo lo que es deber del Estado: darles verdad, darles justicia y darles reparación integral del daño”, dijo la experta a Efe.
Olivares, quien acompañó a mujeres en la defensa de la “Glorieta de las mujeres que luchan”, ubicada en la zona de donde fue retirada la escultura de Cristóbal Colón y que fue tomada por feministas en septiembre de 2021, recordó que México vive actualmente una “crisis” de derechos humanos que se ha profundizado en los últimos años.
“Hablo de profundización por el incremento de las personas desaparecidas, por el incremento de activistas asesinados, por el incremento de víctimas de feminicidios”, enfatizó.
Olivares acompañó a feministas que se manifestaron en la glorieta para denunciar que el Gobierno de la Ciudad de México busca destruir el lugar, ubicado en el emblemático Paseo de la Reforma y que se ha convertido en una especie de santuario para madres y familiares de personas desaparecidas y víctimas de feminicidio, como se tipifica al asesinato por razón de género.
“Desde nuestra apropiación pacífica hace 10 meses se han hecho acciones que han consolidado el espacio”, señaló Sally Correa, hermana de Salma Correa, víctima de feminicidio en 2019.
Desde septiembre de 2021, un año después de que se retiró la efigie de Colón, los colectivos instalaron la figura de una mujer con el puño en alto y, alrededor de esta, un tendedero con denuncias de acoso.
En marzo pasado, las feministas cambiaron la figura de madera por una de metal para que se considerara como una instalación permanente.