Pasarela política

Ya llegaron las vacaciones de verano y las zonas turísticas de Hidalgo y de México se alistan para recibir a miles de turistas que se desplazarán por vías aéreas y terrestres para llegar al lugar de diversión y descanso.

Acapulco el destino favorito de todos, aun no se recupera del todo tras el impacto del huracán “Otis” y es que, para los empresarios y prestadores de servicio, fue devastador en todos los sentidos no solo por la inversión perdida, sino porque anímicamente también pegó profundamente porque los apoyos llegaron a cuentagotas o no llegaron para todos y el panorama todavía es desolador.

Las lluvias que ahora son torrenciales están pegando a otras zonas que por excelencia gustan a los paseantes, uno de los sectores más afectados es el de las carreteras, un ejemplo de ello se vive en Hidalgo donde nunca como se nota esa ausencia de políticas para subsanar los daños, la justificación es que no hay recursos, pero -si los hay- y alguien está siendo indolente.

A donde se pretenda llegar, las vías de comunicación están severamente afectadas por hoyancos, no baches, justo ante la falta rápida para resanar lo que primero son pequeños hoyos, al paso de los días debido al constante transitar de vehículos de todo tipo se van haciendo cada vez más grandes, tanto que las llantas se vuelan, se ponchan y hasta accidentes se generan por esta causa.

Lo mismo pasa en la México-Pachuca, que en la México-Laredo, que en la México-Tampico, ni se diga la Pachuca-Ciudad Sahagún, es decir todas, todas las vías están desechas.
Solo Tulancingo es el municipio que ha dado muestras de que lo suyo es la respuesta inmediata y sus calles y avenidas son rebacheadas constantemente por personal del Ayuntamiento.

El mal estado de las carreteras le pesará al turismo, esto pasará facturas negativas para los prestadores de servicios y desde luego, al final se resentirá ese impacto en sus cifras y no porque la Secretaría de Turismo tengan la culpa o no haga promoción, sino porque pesará más la mala propaganda de quienes vienen a pasar sus vacaciones en algún Pueblo Mágico o a los balnearios o tan solo a comer barbacoa a Villa de Tezontepec o a Actopan y sufran un accidente o paguen carísimo por la descompostura de su auto.

Si bien te va, una llanta con su rin saldrá en seis mil pesos como mínimo, si peor le fue al automóvil serán arriba de los 10 mil pesos y el día perdido, así que sin importar si corresponde a la Secretaría de Infraestructura federal o estatal, por favor hagan su trabajo y reparen las carreteras que están in-tran-si-ta-bles.