La imagen del santo de las causas imposibles, inunda las redes sociales este día implorando salud, trabajo y bienestar, aquí te dejamos algunos apartados más importantes de su historia.
Ciudad de México.- Hoy la Iglesia católica celebra la fiesta de San Judas Tadeo, apóstol de Cristo, presentado en los Evangelios como el «hermano de Santiago», según consigna el portal Aciprensa, la fiesta en honor al santo patrono es en todo México, pero ¿Por qué es tan venerado? aquí te lo decimos:
Resulta que a diferencia de aquel que traicionó a Jesús, también llamado Judas, él se mantuvo fiel a Cristo hasta el final de sus días. Se le conoce como el patrono de las causas imposibles, y su fiesta se celebra cada 28 de octubre, día en que también se recuerda a San Simón Apóstol.
Desde muy temprano, en la ciudad de México, comenzó la movilización hacia la Iglesia de San Hipólito, llevando sus imágenes de todos los tamaños, en Pachuca, en las dos parroquias donde se venera al santo, se alistaban misas.
Mientras que en poblados y comunidades de todo el país donde se le venera a San Judas Tadeo, hay misas y procesiones para honrar al santo patrono.
De acuerdo con la iglesia católica, Judas Tadeo era hermano de Santiago el Menor y primo de Jesús. Se le atribuye la epístola que lleva su nombre, en la que se presenta a sí mismo como “servidor de Jesucristo y hermano de Santiago”.
«San Juditas» como se le llama de cariño, predicó primero en Mesopotamia y luego en Persia, donde sufrió el martirio junto al apóstol Simón.
Santa Brígida de Suecia, mística y patrona de Europa, escribió que un día Jesús le recomendó que cuando quisiera obtener ciertos favores, los pidiera por medio de San Judas Tadeo. Por esta razón es considerado patrono de las causas imposibles y comparte este patronazgo con Santa Rita.
Quizás esta sea la razón principal por la que la devoción a este santo ha calado tan profundamente en la piedad popular cristiana.
La iglesia dice que son muchísimos los que llaman “milagroso” a San Judas Tadeo y viven agradecidos con él.
Lamentablemente, en algunos casos, la devoción ha dado lugar a ciertas desviaciones que la Iglesia ha aclarado oportunamente.
En 2008, mediante un comunicado titulado “San Judas Tadeo y algunas desviaciones de su culto», la Arquidiócesis Primada de México aclaró que San Judas Tadeo no es el “santo de los delincuentes o narcotraficantes”; y que su devoción no es compatible con los cultos relativos a la denominada «Santa Muerte», fenómeno que tampoco pertenece al catolicismo.
En el mismo artículo de Aciprensa, la arquidiócesis señaló, que la Iglesia alienta las manifestaciones populares de auténtica devoción, pero que en algunos casos -como los mencionados- existen serias incompatibilidades.
Ciertamente el culto a la «Santa Muerte», vinculado a la brujería y al paganismo, es muy popular en México y se intensifica con la cercanía de la fiesta de los Fieles Difuntos.
No obstante, se aclaró que la imagen auténtica de San Judas Tadeo suele ser representado con una imagen de Cristo en el pecho, simbolizando su parentesco con Jesús.
La misma tradición refiere incluso cierto parecido físico con Él.
En sus representaciones también aparece un mazo, instrumento con el que fue ejecutado de un golpe en la cabeza, antes de que está fuera cortada con un hacha.
Además, lleva una llama de fuego en la cabeza porque recibió al Espíritu Santo en Pentecostés.
En otras imágenes se le muestra portando una Biblia y un bastón como símbolo de las grandes distancias que recorrió mientras predicaba.
San Judas Tadeo es uno de los santos más populares y queridos entre los católicos debido a los numerosos “favores” que sus devotos aseguran haber conseguido por su intercesión de ahí que se le llame el “patrono de los imposibles».
Las reliquias de San Judas Tadeo se encuentran en un altar de la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
Antes de morir, San Judas miró a San Simón y le dijo que veía al Señor que los llamaba hacia él.
Según la antigua tradición, a San Simón lo mataron cortando su cuerpo en dos y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con un hacha. La Iglesia en occidente los celebra el 28 de octubre.