El exceso de combustóleo provoca extrema contaminación
Ciudad de México.- Las partículas contaminantes del aire, como las dispersadas por los fuertes vientos del domingo en nueve estados, se concentran en esta temporada de sequía y son originadas por incendios forestales, suelos erosionados, combustión de automóviles y, en el caso del Valle de México, también por la termoeléctrica de Tula, operada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
“Las partículas del fin de semana tienen muchos orígenes y fue una combinación de factores. Vienen del humo de los incendios forestales —sólo la semana pasada hubo 213 incendios en 17 entidades federativas—, también polvo que viene de las regiones rurales y secas —la sequía se extiende al 83 por ciento del territorio nacional—. Y otra parte, entre el dióxido de azufre y otros productos de la atmósfera, pudieran provenir de la termo en Tula porque los vientos dominantes de esa región se dirigen hacia la Ciudad de México”, planteó Daniel Chacón, especialista en energía y crisis climática de Iniciativa Climática México (ICM).
Un reciente estudio de esta organización refiere que debido al uso de combustóleo con alto contenido de azufre, obtenido de la refinación del crudo maya de Petróleos Mexicanos (Pemex), la Central Termoeléctrica de Tula representa una de las principales fuentes de electricidad del país, pero también de emisiones de partículas PM2.5 y óxidos de azufre. Entre ocho mil 935 y 14 mil 256 muertes por enfermedades respiratorias desde la cuenca Tula hasta la del Valle de México podrían ser evitadas si se redujeran las partículas PM2.5 sustituyendo el combustóleo por gas natural, el cual genera dióxido de carbono.
En 2019, la termoeléctrica usó combustóleo con un contenido de azufre de 3.9 por ciento, lo que ocasionó la emisión de más de 100 mil toneladas de dióxido de azufre, un contaminante que provoca lluvia ácida que daña la salud y los ecosistemas. Con ello se infringió la NOM-086-SEMARNAT, en la que se establece un límite de dos por ciento de contenido de azufre para zonas críticas, documentó el informe con base en datos de la CFE obtenidos por transparencia.
Además, dice el documento publicado en febrero, el título de permiso para generación de energía eléctrica otorgado por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) en 2015 sólo le autoriza el uso de gas natural, pero al menos un 69 por ciento de la generación eléctrica hace dos años fue a partir de combustóleo, lo que violó esta disposición.
Las características meteorológicas y topográficas de la Zona Crítica del Corredor Tula, concluye el estudio, dirigen la dispersión de contaminantes hacia el sur, lo cual contribuye al deterioro de la calidad atmosférica de la Zona Metropolitana del Valle de México. Pero los habitantes de las localidades aledañas como Pradera del Llano, Teocalco y El Llano se encuentran en una zona de riesgo muy alta por presencia de concentraciones contaminantes fuera de los límites máximos permisibles.
Ante la violación de la norma y permiso, el investigador Daniel Chacón planteó que deberían actuar las autoridades regulatorias para evitar más daño a la salud de la población aledaña.
“Es natural que la CRE sólo le permita usar gas natural, el cual produce otros contaminantes como el dióxido de carbono, pero no dióxido de azufre”, afirmó. “Cuando la concentración de dióxido de azufre de las cinco plantas de la termo en Tula impacta el suelo supera lo que dice la NOM-022 de la Secretaría de Salud. La gente está respirando ese contaminante casi todo el tiempo, lo cual es lo más preocupante”.