Turismo Mandela

Viajar a Sudáfrica, especialmente a Johannesburgo, es viajar por el tiempo a la vida, obra y legado del principal referente mundial de la lucha contra la discriminación racial

 

Por: Luis Felipe Hernández Beltrán

Johannesburgo, Sudáfrica.- A lo largo y ancho de su territorio, Sudáfrica, prácticamente, concentra todos los tipos de turismo. Sin embargo, Johannesburgo, principal centro económico y financiero del país africano, concentra un rubro de turismo especial: el Turismo Mandela.

Y es que la figura del máximo héroe, no solo sudafricano, sino africano en general, considerado un ícono mundial de la lucha contra la discriminación racial, especialmente contra el régimen del Apartheid, es objeto de interés para todos los visitantes.

Recién nombrada, en julio de 2024 por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, la Casa Mandela, ubicada en el emblemático municipio de Soweto, es una visita obligada de todo aquel paseante que desea adentrarse en Sudáfrica.

Muebles, fotografías, documentos y reconocimientos, así como un árbol plantado por el libertador, esparcidos en las tres únicas habitaciones del recinto de una sola planta construido con ladrillos rojos, son los testigos mudos del paso de Nelson Mandela y su familia desde mediados de la década de los años 40 hasta principios de los años 60.

Ahí se inició la planificación de la lucha contra el Apartheid, por ende, ese sitio, por muy pequeño que parece, es fundamental para comprender la historia contemporánea sudafricana. De ahí, que vendedores ambulantes de suvenires, restaurantes y hasta agrupaciones artísticas que simulan ser indígenas africanos para tomarse fotos, se hayan instalado en los alrededores de este lugar que anualmente recibe a miles de turistas de todo el mundo.

Una pequeña estatua de brazo derecho con el puño cerrado, en recuerdo a la señal que elevó tras salir de la cárcel en 1990 y que se ha convertido en distintivo de la lucha contra la discriminación racial, completan la vivencia.

Esta experiencia Mandelesca en Johannesburgo se complementa con otros sitios como el ConstitutionHill, otrora prisión que albergó a Mandela cada que era detenido, actualmente el Tribunal Constitucional de Sudáfrica, con un museo abierto al público. El Nelson Mandela Square, referente social de Johannesburgo, abundante en tiendas y restaurantes, en el que sobresale una estatua del héroe de más de seis metros de altura.

Otros sitios sudafricanos como la Isla Robben, en Cabo Verde, declarada como Patrimonio Mundial por la UNESCO, es testigo mudo del aprisionamiento del llamado Madiba. La ciudad de Durban, en la que destaca un curioso mosaico hecho con tubos que forman un retrato del Premio Nobel de la Paz de 1993, también es digno de visitarse.

A todo ello, se le agregan los rands, moneda sudafricana. Todos los billetes de las distintas denominaciones en su parte frontal, tienen el rostro de quien fuera presidente de la patria sudafricana del 10 de mayo de 1994 al 16 de junio de 1999. Sin duda alguna se convierten también en un suvenir o en un recuerdo de viaje.

Ya lo dijo el mismo Mandela: “Debemos de usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las cosas bien”, y en ese sentido, un viaje a Sudáfrica es un tiempo para conocer el legado de Mandela y un capítulo importante en la historia contemporánea de la humanidad.