El anuncio del presidente Andrés Manuel, respecto a que su gobierno reforzará el Plan Nacional contra la Extracción Ilegal de Combustibles de los ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX), conocido como “huachicoleo”, llama la atención pues esa es otra “guerra”, que esta administración va perdiendo.

Y es que, desde el inicio de su mandato, el mandatario federal anunció que combatiría y erradicaría este delito en el que el estado de Hidalgo, es líder a nivel nacional.

La primera maniobra de AMLO fue el cierre de ductos para evitar las ordeñas clandestinas pero su estrategia falló y por el contrario generó el desabasto en ocho entidades del centro, occidente y bajío.

Luego vino la tragedia, aquel 18 de enero de 2019 en Tlahuelilpan, Hidalgo, donde una toma sin control atrajo a cientos de habitantes de una decena de municipios. La toma era una gran fuente de gasolina donde hubo fiesta y la gente se llevaba el preciado combustible en lo que podía… pero de un momento a otro sobrevino la explosión en la que murieron 137 personas.

No importó tampoco o de nada sirvió, que los ductos más atacados por la delincuencia organizada y la delincuencia común, fueran sepultados bajo cemento, ni que el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, resguardaran las 24 horas del día las zonas de ductos.
No, nada ha detenido a los huachicoleros, ¿por qué?, pues porque este delito se da al amparo de las propias autoridades.

Por eso, el plan de combate al «huachicoleo», del presidente AMLO ha fracasado, así con todas sus letras, ¡ha fracasado!, pues en las últimas semanas se incrementó este robo o saqueo contra PEMEX, lo reconoció el mandatario mexicano y por eso anunció ayer desde su mañanera que reforzaría su plan nacional contra ese delito.

Evidentemente le están fallando sus titulares de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, del Ejército, de la Marina y su nueva corporación, la Guardia Nacional, así como el resto de las dependencias que se encargarían de atender a la población más pobre para bajar la incidencia delictiva.

Por eso no han podido ni con ese delito, ni con otros y entonces la nación entera se siente desprotegida y al acecho de quienes han optado por la delincuencia en todas sus formas.

En Hidalgo, es bien conocido dónde están y cómo operan los huachicoleros, se sabe que son comunidades enteras las que basan su economía en este delito, por ello cuando llegan a ser descubiertos o interceptados, de inmediato se concentran las familias para impedir que sean detenidos y decomisadas sus cargas.

Este es uno de los delitos más atractivos para quienes se han enrolado, pues las ganancias son muy importantes, por eso, en las comunidades se nota ese desarrollo y economías en movimiento, no solo a través de sus casas habitación, sino también en sus vehículos de lujo y una mejor calidad de vida en todos los sentidos.

Así, los programas asistenciales de este gobierno, son vistos como “limosnas”, comparado con lo que pueden ganar en un solo día, por eso los jóvenes prefieren estar y seguir del lado del crimen.

Las entidades que en 2018 concentraron en un 60 por ciento las tomas clandestinas fueron Hidalgo, Puebla, Guanajuato, Jalisco, Veracruz, Estado de México y Tamaulipas, de acuerdo a datos de las propias autoridades.

Para el combate al «huachicol», este gobierno ha invertido más de 147 mil millones de pesos en los últimos tres años y 14 dependencias, incluidas todas las de seguridad, participan en el plan nacional que fue presentado por AMLO el 27 de diciembre de 2019, apenas días después de haber asumido el poder, pero nada ha logrado en tres años y contrario a ello, como él mismo lo reconoció, «el huachicoleo» sigue en aumento.

Lo obvio es que cambie de estrategia, pero al parecer no lo hará, en cambio habrá más dinero para la «seguridad» de los ductos, dinero que bien podría destinarse en la generación de empleos mejor pagados, mejor educación, mejor salud y verdaderas oportunidades de desarrollo en las comunidades, de otra manera este gobierno seguirá perdiendo la «guerra» contra el huachicol.