El presidente Donald Trump se distancia de Elon Musk, lanza críticas directas y sugiere cancelar contratos gubernamentales con las empresas del magnate. La ruptura ocurre en un ambiente cargado de tensiones políticas y empresariales.
Por: Perla Baños.
La relación entre Donald Trump y Elon Musk llegó a un punto de quiebre. El presidente de Estados Unidos declaró que el empresario sudafricano “ha perdido la cabeza” y aseguró que, por el momento, no tiene ningún interés en mantener contacto con él. Según Trump, fue el propio Musk quien intentó buscar un acercamiento, pero él se negó a dialogar.
En declaraciones recientes, Trump sugirió incluso cancelar los contratos y subsidios gubernamentales que actualmente benefician a las empresas de Musk, como Tesla y SpaceX, restando importancia al conflicto personal y centrándose en lo que describió como logros clave de su agenda: la disminución de la inflación, la atracción de inversión extranjera y su próxima visita a China.
Fuentes cercanas al exmandatario revelaron que, más que molesto, Trump se mostró visiblemente afectado. “Se veía decaído”, comentó uno de sus asesores, quien lo acompañó durante la noche del jueves, tras la escalada del conflicto.
La Casa Blanca no tardó en pronunciarse. En un comunicado, la secretaria de prensa Karoline Leavitt calificó el enfrentamiento como “otro episodio desafortunado de Elon”, señalando que el empresario está inconforme con la “Gran y Hermosa Ley” porque no incluye sus intereses particulares. “El presidente está enfocado en aprobar esta legislación histórica y en hacer grande al país de nuevo”, apuntó Leavitt.
Horas después del cruce de acusaciones, Elon Musk bajó el tono, dejando ver una postura más moderada. Aun así, el intercambio entre ambos líderes —que incluyó declaraciones sin pruebas y amenazas sobre fondos públicos— refleja las crecientes tensiones entre el poder político y los gigantes empresariales en vísperas de un nuevo ciclo electoral.