Acceso al aborto seguro es fundamental para la salud de las mujeres: OPS

Se dictan nuevas directrices sobre la atención del aborto, cuya finalidad es proteger la salud de las mujeres y las adolescentes, además de prevenir los más de 25 millones de abortos inseguros que se producen actualmente cada año

 

Ciudad de México, 09 de marzo de 2022.– Un gran numero de muertes y lesiones resultantes del aborto inseguro son totalmente evitables, señaló la OMS que por eso se recomienda que las mujeres y adolescentes puedan acceder a servicios de aborto y planificación familiar cuando los necesiten.

El aborto seguro es una parte crucial de la atención de salud, dijo Craig Lissner, director interino de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS.

Basadas en las últimas evidencias científicas, estas directrices unificadas contienen más de 50 recomendaciones que abarcan la práctica clínica, la prestación de servicios de salud y las intervenciones legales y normativas con miras a apoyar la atención de calidad del aborto.

Se agrega que, si el aborto se realiza con un método recomendado por la OMS, adecuado a la duración del embarazo y asistido por alguien con la información o las calificaciones necesarias, es un procedimiento sencillo y extremadamente seguro.
Sin embargo, solo alrededor de la mitad de los abortos se realizan en esas condiciones, y los abortos inseguros causan alrededor de 39 mil muertes al año y hacen que millones de mujeres más sean hospitalizadas por complicaciones.

La mayor parte de estas muertes se concentran en los países de ingreso bajo —más del 60% en África y el 30% en Asia— y entre quienes viven en las situaciones más vulnerables.

Se dio a conocer que la directriz incluye recomendaciones sobre intervenciones sencillas a nivel de atención primaria que mejoran la calidad de la atención del aborto prestada a mujeres y niñas.

Entre ellas se encuentra garantizar el acceso al aborto con medicamentos, y asegurarse de que todas las mujeres y adolescentes puedan acceder a la información; esto significa que un mayor número de mujeres puede obtener servicios de aborto seguro.

Por primera vez, las directrices incluyen también recomendaciones sobre el uso, cuando proceda, de la telemedicina, que ayudó a facilitar el acceso a los servicios de aborto y planificación familiar durante la pandemia de COVID-19.

Refiere que la eliminación de los obstáculos normativos innecesarios facilita el acceso al aborto seguro, como la penalización, los tiempos de espera obligatorios, el requisito de que otras personas o instituciones den la aprobación y los límites sobre el momento del embarazo en que se puede realizar un aborto.

Puntualiza que estas barreras pueden provocar retrasos críticos en el acceso al tratamiento y exponen a las mujeres y las adolescentes a un mayor riesgo de aborto no seguro, estigmatización y complicaciones de salud, al tiempo que aumentan las interrupciones en su educación y su productividad laboral.

Aunque la mayoría de los países permiten el aborto, alrededor de 20 países no ofrecen ningún motivo lega; así más de 3 de cada 4 países tienen sanciones legales para el aborto, que pueden incluir largas penas de prisión o fuertes multas para las personas que se someten al procedimiento y para quienes lo practican prestan asistencia.

Los datos demuestran que restringir el acceso al aborto no reduce el número de abortos. De hecho, es más probable que las restricciones empujen a las mujeres y adolescentes hacia procedimientos inseguros.

En los países donde el aborto está más restringido, solo 1 de cada 4 abortos es seguro, en comparación con casi 9 de cada 10 en los países donde el procedimiento es ampliamente legal.

Se subraya que, si se quieren prevenir embarazos no deseados y los abortos no seguros, hay que proporcionar a las mujeres y las adolescentes un paquete completo de educación sexual, información y servicios de planificación familiar precisos y acceso a una atención de calidad para el aborto.

Tras la publicación de las directrices, la OMS apoyará a los países interesados para que apliquen estas nuevas directrices y fortalezcan las políticas y programas nacionales relacionados con la anticoncepción, la planificación familiar y los servicios de aborto, ayudándolos a proporcionar el más alto nivel de atención a las mujeres y las adolescentes.