Confié en ti, eras mi carnal

Tras los sucesos lamentables acontecidos el pasado lunes 03 de mayo tras la colisión del convoy de la línea 12 del tren metropolitano; durante la rueda de prensa acostumbrada en palacio nacional, coloquialmente llamada “la mañanera”, el Presidente Andrés Manuel López Obrador al lado de Claudia Sheinbaum actual jefa de gobierno de la ciudad de México y el Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard Casaubón después de dar un mensaje de condolencia a las familias afectadas por el accidente cedió la palabra a Sheinbaum, la llamó por su nombre, lo hizo con un gesto deferente que evidenció confianza y respaldo total hacia ella, sí efectivamente hacia ella cabe subrayar. 

Conforme fue transitando la rueda de prensa y ante la andanada de preguntas que se daban cita surgió una incómoda, una pregunta directa y avasalladora dirigida a Marcelo Ebrard sobre su probable responsabilidad en el proceso de construcción de la obra ya que justamente durante su gobierno fue inaugurada ésta línea del tren metropolitano.

El secretario se mostró incómodo, se le subió el color y pidió permiso al Ejecutivo para responder, la respuesta fue seca: “Entiendo que hay muchas motivaciones de orden político, pero lo que importa son las tres cosas que acabo de decir: Respeto a las familias, les manifiesto mis condolencias, mi solidaridad personal sincera. Comparto la indignación de la sociedad y me pongo a disposición de las autoridades en todo lo que sea necesario.”

Al final, López Obrador aclaró: “Aquí no se ocultan las cosas, se habla con la verdad”, y, sorpresa, se puso de lado de Claudia Sheinbaum en claro apoyo hacia la jefa de gobierno más no de Marcelo quien tanto se ha esforzado durante este sexenio por complacer a AMLO y su mandato y con ello los posibles sueños de ser un “presidenciable” en el año 2024 se empezaron a difuminar o al menos la posibilidad no la tendrá nada fácil.  

Marcelo Ebrard, sin duda es el responsable principal, él mismo lo sabe, de la obra de la línea 12 del tren metropolitano que desde que se originó registró miles de fallas como la alerta que se le hizo por la utilización de neumáticos equivocados así como otras negligencias en la obra, incluidas la construcción. 

Pero siempre desdeño las advertencias sobre los peligros de la obra, incluso se auto exilio en Francia para evitar ser llamado a comparecer por posibles fallas.

Ahora en éste gobierno de la llamada cuarta transformación regresa a la vida pública y quizá después de un análisis concienzudo en aquellas noches parisinas y justo cuando se enteró de que el nuevo presidente de México sería López Obrador pensó que sólo bastaría esperar sigilosamente, con cautela y siempre alineándose a AMLO para ser su sucesor. 

Pero la fortuna caprichosa y voluntariosa haciendo de las suyas es probable que le haya cambiado la oportunidad a Marcelo de ser “presidenciable” ya que López Obrador al parecer no respaldará su candidatura como sí lo hará con la de Claudia Sheinbaum. 

Una analogía similar aconteció históricamente cuando en 1898 el entonces presidente Porfirio Díaz visitó al gobernador de Monterrey, Bernardo Reyes, y en pleno ágape brindó por la bonanza lograda diciendo: “general Reyes, ¡así se gobierna!…”.  

En 1900 subió su popularidad entre la clase media del país al mencionársele como posible sucesor de Díaz siendo su secretario de Guerra, Bernardo Reyes asumió cuatro veces el gobierno de Nuevo León. Su popularidad era extraordinaria. En la mayor parte del país se tenían puestos los ojos en él, como el más conveniente sucesor del general Díaz.

En la entrevista con el periodista norteamericano Creelman, Porfirio Díaz había declarado que, al concluir el período de su gobierno, tenía el propósito de volver a la vida privada. Había dicho también que vería con simpatía la formación de partidos políticos, para cuando esto sucediera. No obstante estas declaraciones, don Porfirio lanzó su candidatura para un nuevo periodo. Si en estas elecciones jugaba Reyes para la vicepresidencia tenía garantizada la sucesión. Su popularidad iba en ascenso. «El reyismo, se afirmaba, era un movimiento dentro del porfirismo.» José López Portillo y Rojas calificó al reyismo como un «incendio nacional».

La campaña a favor de Reyes fue arrolladora. Los clubes reyistas se multiplicaron en todo el país simbolizando su adhesión con un clavel rojo en la solapa. Celoso Porfirio Díaz de esta popularidad, prefirió a Ramón Corral para vicepresidente. Bernardo Reyes, leal e incondicional subordinado de don Porfirio, eludió siempre su postulación.

La imposición de Corral para la vicepresidencia provocó el descontento nacional. Reyes, eludiendo las manifestaciones de apoyo, desilusionó a sus simpatizadores. «Su ciego pero mal entendido sentido de la lealtad, fue su ruina y la de sus partidarios.» 

El presidente Díaz lo mantuvo relegado y lo vigiló constantemente. Para ello, llegó al extremo de designar como jefe de la zona militar de Nuevo León a Jerónimo Treviño, el mismo a quien veinticuatro años antes había pedido a Reyes que fuera a Monterrey a controlar. 

Fue éste uno de los golpes morales más tremendos. Finalmente, en octubre de 1909, optó el presidente por desterrar a Reyes fingiendo el encargo de una misión militar en Europa. De esta manera lo retiró del escenario de la política nacional y los sueños de Reyes por llegar a ser el próximo presidente de México se desvanecieron. 

Quizá a Marcelo le vaya a ocurrir lo mismo que en su momento paso con Bernardo Reyes que paso de ser un presidenciable a un indeseable dentro del gobierno porfirista. 

¿Qué pasará? Si bien en política nada está dicho es claro que AMLO esta disgustado con “el carnal Marcelo” el tiempo dirá en que terminará esta historia ¿Tú lo crees?… Yo también.