¿Cuidar o cazar?

chaneke verde

ANGEL CANO. Muy buenos días tengan todos ustedes señores lectores, que semana a semana me hacen favor de echarle un ojo a ésta columna y hasta de regalarme uno que otro like. Es gracias a ustedes y a la editorial que ésta columna ha cumplido dos años de existencia. El día de hoy, les quiero compartir un artículo que leí en la revista “¿cómo ves?”, en su número 229, de diciembre de 2017. Por si no la conocen, es la revista de divulgación científica de nuestra máxima casa de estudios. Nada más y nada menos que la Universidad Nacional Autónoma de México, que se publica ininterrumpidamente desde diciembre de 1998.

Fue escrito por Susana Biro, quien estudió la licenciatura de física en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y el doctorado en astronomía en la Universidad de Manchester en el Reino Unido. Desde 1996 trabaja como divulgadora de la ciencia en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM. Es autora de los libros Para calcular el universoCaja de herramientas para hacer astronomía y Al otro lado del telescopio: Los descubrimientos de Galileo. En Internet mantiene el blog queridogalileo.blogspot.com

El artículo dice así: Al principio del Otoño, a una pequeña isla muy al norte de Islandia, llega un barco con un estrepitoso grupo de hombres. Sobre los escarpados acantilados encuentran otros bípedos igual de escandalosos, paseando de un lado a otro. Éste es uno de los sitios donde los frailecillos atlánticos ( una especie de ave cuyo nombre científico es Frautercula arctica) anidan en el verano; y a los dos o tres meses de haber nacido, las crías comienzan a salir de sus nidos para explorar el novedoso mundo exterior. Como ha sucedido generación tras generación, los hombres les enseñan a sus hijos cómo usar señuelos para atraer a éstas pequeñas aves y redes triangulares sujetas a varas largas, para atraparlas.  

Al final de una ardua jornada, satisfecho de la proeza realizada, el grupo se reúne para cocinar algunos ejemplares de su presa. Aunque sus antepasados comían ésta carne durante toda la temporada, ahora los cazadores tienen que viajar más y más al norte para encontrar unos cuantos pájaros. Les importa mucho compartir éste tradicional platillo con sus familias al menos una vez al año.

Al mismo tiempo, en otra parte de Islandia, una brigada de niños se alista, arropándose bien para hacer su diario rondín de rescate. En otoño los frailecillos padres e hijos deben volver al mar, donde pasarán todo el invierno. Para los padres es un proceso bien conocido, pero los polluelos nunca lo han hecho. El viaje comienza de noche y las luces de los poblados cercanos confunden a los pequeños que no siempre se encaminan hacia el mar. L atarea de los niños es encontrar a los confundidos frailecillos, cuidarlos durante el día, y a la noche siguiente, llevarlos en cajas de cartón a la orilla del mar para soltarlos en la dirección correcta. Este rescate de ha vuelto una nueva tradición islandesa.

Al leer esto, me dan ganas de irme a vivir a Islandia, que por cierto, es el país más ecológico del mundo según el Índice dedesempeño ambiental, o EPI (Enviromental Performance Index). Seguido de Suiza, Costa Rica, Suecia (es ahí donde nació y vive Greta Thunberg; imagínate si viniera a México, ya me imagino la enorme cantidad de insultos que nos dirigiría), Noruega, Isla Mauricio, Francia, Austria, Cuba, Colombia.

En 2015, México se situó en el lugar 65 de 178 países evaluados en éste Índice de desempeño ambiental, EPI. Algunas de las áreas que mide el EPI son la calidad del aire, servicios de salud, agua y sanidad, conservación de bosques, pesca, biodiversidad y clima, entre otros.

Si bien hay una mejora en general, hubo un marcado retroceso en la pesca y agricultura. En la cobertura de bosques en el territorio caímos hasta el número 94. En Biodiversidad y hábitat nos situamos en el número 90. Éste último rubro consideró indicadores como la Protección crítica de Hábitat, en el que México no mejoró en 2 años (2010-2012) y Áreas Protegidas Terrestres y Marinas. En Agricultura fue de los lugares más bajos que ocupamos pues estuvimos en el 142.

En fin, nomás no me voy a Islandia, aunque me han invitado mis primos duendes, porque no me gusta el frío. Pero tu ¿como ves, algún día subiremos al TOP 10? Digo, somos el 5to país con mayor biodiversidad del planeta, deberíamos estar más arriba.

 

Chaneke verde

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