Después de haber cumplido con dicha misión, regresaron a la pista de aterrizaje donde se encontraba el jet de Wheeler. Tuvieron algo de tiempo libre, en lo que el piloto privado, solicitaba los permisos correspondientes para para volver a despegar, así que se reunieron para comer en algún restaurante cercano. Ordenaron sus platillos y comenzaron a comer con gusto. Todos menos Linka, que estaba absorta en su celular.
– ¡Mamá dice que no debemos usar el celular a la hora de comer!- le llamó la atención Steve- ella dice que es un momento para platicar y convivir con los amigos y familia, ¿tu mamá nunca te lo ha dicho?
– Yo ya no tengo mamá- respondió con aspereza Linka- tampoco tengo papá, hermana, no tengo nada. Ya no tengo empleo ni país.
– Caramba Linka, ¿que te sucede?- le preguntó Yi- ¿por qué tanta amargura?
– ¿No has visto las noticias, Yi?- Ha estallado la guerra entre Rusia y Ucrania, finalmente está pasando lo que temían mis padres cuando se disolvió la Unión Soviética, quieren volver a controlar mi país. Ahora si, no tengo nada, muchos de mis clientes han abandonado el país, los juzgados no funcionan y creo que mi casa se destruyó con los bombardeos.
Al decir esto, sus ojos se llenaron de lágrimas, parecía que por fin, la armadura de hierro que cubría su corazón comenzaba a desmoronarse a pedazos. Lo que no habían visto los antiguos planetarios antes, ver llorar a Linka, había acontecido un par de veces en menos de un mes.
– En Sudáfrica hemos crecido en medio de una especie de guerra civil desde hace 20 años. Los bandos se disputan el poder a balazos siempre, cuando muere un líder surge otro ; ha habido tantos levantamientos, que ya ni se cual bando es cual- dijo Barkhit.
– Así es la humanidad…- comenzaba a decir Gaia cuando fue interrumpida por una sollozante Linka.
-¡Vamos a parar ésa guerra!, ¿no podemos utilizar nuestro poderes para parar los bombardeos? Hay mucha gente sufriendo, abandonando su estilo de vida, lo que aman…
– Podríamos, si, tenemos el poder. Pero no lo haremos…- dijo la Diosa, haciendo una pausa imprevista, en la cual pudo ver las caras consternadas de su equipo- Los humanos valoran las cosas cuando las sufren. Es parte de su idiosincrasia. Cuando sufren, aprenden de la experiencia y mejoran. Debemos dejarlos sufrir y no consolarlos, no se trata de encontrar alivio rezándole a deidades, sino de actuar y aprender de lo vivido.
– ¿ Y entonces que se supone que hagamos?, ¿los dejamos sufrir y morir y ya?
– Sufrir y morir es parte de vivir, tratar de evitarlo, conlleva a que la consciencia humana, busque siempre ser feliz a toda costa, concentrándose en si misma dejando de lado el bienestar de las otras especies. El humano tiene que aprender que unos deben morir para que otros puedan vivir.
– El Dalai Lama ha dicho que compartimos éste único planeta, nuestro único hogar, por lo que debemos cuidarlos mejor. Debemos cultivar la compasión no solo por nuestros semejantes, sino también por los demás animales, aves e insectos con los que compartimos el mundo. La preocupación por los demás es necesaria para nuestra supervivencia- agregó Yi.
– Así es Yi, y es precisamente, es por eso que no pararemos ésa guerra, porque tenemos muchas otras especies de que ocuparnos, muchas otras especies que nos necesitan mas para sobrevivir.
– Aunque eso es cierto, suena muy duro cuando lo dices así. Tienes corazón de piedra, mujer- le dijo Wheeler.
– No soy mujer, recuerda, soy una Diosa en el cuerpo de una chica humana. Mis sentimientos y pensamientos son más grandes y profundos que los de los humanos, dimensiono las cosas de manera diferente, veo mas allá de lo tangible, mas allá de lo visible y más allá del presente. Cosa que ustedes, los humanos, no.
– De veras que no entiendo a los Dioses, menos mal que tengo a Ma Ti. Él me dice que lo que quieres decir es que dejemos de concentrarnos en ésos humanos y nos ocupemos del resto de los seres vivos. Y también me pide Linka que te pregunte si quieres seguir en el equipo…¿Quieres seguir siendo planetaria?
Un breve silencio, puede ser toda una eternidad cuando esperas una respuesta que no ves llegar. Como una eternidad se sintió ésa espera por la respuesta de Linka.
– ¡Planetaria por siempre! ¡Me quedo!, ¡Total, ya no tengo empleo, ni ninguna otra cosa que hacer!- respondió entre sonrisas sarcásticas, algo que tampoco habían visto los antiguos planetarios: Linka sonriendo.
Y es así como el equipo queda consolidado, decidido a continuar la misión de preservación de la vida en la tierra, más allá del bienestar de la humanidad. Éstos humanos de plomo, se ha convertido en oro gracias a la quinta esencia, ahora se encuentran en un plano de consciencia sobrehumana, ¿Podrías unirte a ellos? ¿ Serías capaz?
FIN.
Chaneke verde