De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas, de
la Secretaría de Gobernación, entre enero y noviembre de 2022, fueron devueltos de
Estados Unidos a México 6 mil 42 hidalguenses; y la Secretaría de Desarrollo Social de
Hidalgo informó que, de acuerdo con el Instituto de los Mexicanos en el Exterior, hay
426 mil 800 hidalguenses en Estados Unidos, casi medio millón. También las
instituciones encargadas nos informan que el año 2022 las remesas en México
alcanzan un récord histórico de 58 mil 497 millones de dólares, y que en Hidalgo
registraron un aumento del 29 por ciento, y a nivel nacional del 13.4, respecto al año
2021. Así, el ingreso de dinero proveniente del extranjero se ha convertido en uno de
los principales salvavidas de millones de familias ante la crisis agudizada en estos
últimos años, y, también del propio gobierno mexicano. Sin embargo, a pesar de este
aumento que tiene una racha de 32 meses consecutivos, se nos advierte que: “Ante un
fenómeno migratorio hacia Estados Unidos que sigue en ascenso y con una economía
nacional apenas alzando cabeza, los pronósticos apuntan a que las remesas seguirán
creciendo, sin embargo, analistas como Gabriela Siller de Banco Base, apuntan que
debido a una desaceleración en EE. UU. los envíos de dinero también ralentizarán su
aumento al pasar del 13.4 del 2022 a solo 7.5% en 2023 para ubicarse en 62,876
millones de dólares.” (El País, 1 de febrero de 2023).

Además de esta desaceleración en Estados Unidos, de su propia crisis
económica que está en marcha, de su creciente pobreza, se presentan otros
fenómenos como muestra palpable de que su sistema socio-económico está haciendo
crisis. A la otrora gran potencia se le están minando sus pilares, como lo hacen las olas
del mar con un montículo al que diariamente arremeten; las propias contradicciones
del sistema neoliberal, la principal, la contradicción entre el carácter social de la
producción y el carácter privado de la propiedad, y, como resultado ineludible, la
concentración de la riqueza en unas cuantas familias multimillonarias, están cobrando
factura. Por eso, a pesar de ser, después de la Guerra Fría, el país que se ha
considerado dueño del mundo, de su población, de sus riquezas y hasta de sus
culturas, hoy enfrenta una descomposición social que refleja precisamente cómo el
sistema capitalista gringo se empieza a desmoronar. Veamos solo unos ejemplos de
los muchos que existen:

De acuerdo con datos oficiales, EE. UU. enfrenta una crisis de salud mental: “…
cada año, 46 millones de estadounidenses padecen enfermedades mentales. Solo el
41% recibe ayuda, y en este por ciento está incluido principalmente el sector
adinerado”. La misma nota agrega, además, que la causa principal está en la pobreza:

“La pobreza es una gran productora de problemas de salud mental. Si estás
constantemente preocupado por si tendrás suficiente dinero para pagar el alquiler, la
comida y el transporte -y vives en una parte de la ciudad que es más ruidosa, tiene
menos recursos, está excesivamente vigilada y tiene escasos espacios verdes- la
mayor parte, si no es que toda, tu energía se destina a la supervivencia […] Tu
respuesta al estrés se activa constantemente”, afirma Sharon Lambert, profesora de
psicología aplicada del University College Cork (Irlanda). (Cuba sí, 24 de enero de 2023).

En resumidas cuentas, mientras siga existiendo una desigualdad en el acceso a
la educación, la atención sanitaria, el cuidado de los niños y la vivienda asequible en
ese país, habrá demasiadas personas en situación de pobreza que padezcan
enfermedades mentales prevenibles.

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Y otra gran pandemia que está enfrentando EE.UU., que puede ser más
mortífera que el Covid-19, son las drogas: “Según las estadísticas, casi 107 mil
estadounidenses murieron como resultado de una sobredosis en 2021, lo cual supone
un aumento del 16% si se compara con las casi 92 mil personas que perdieron la vida
por esta causa en 2020. Entre las principales sustancias a las que se le atribuyen estas
cifras se encuentra el fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la
heroína y 100 veces más que la morfina” (RT, 23 de enero de 2023). Estamos
hablando aquí sólo de las víctimas mortales, no de la enorme cantidad de drogadictos
existentes en ese país.

Asimismo, los tiroteos masivos que van en aumento, son también muestra

irrefutable de esa descomposición social: “Entre 2014 y 2019, EE.UU. promediaba 348
tiroteos masivos por año o menos de uno por día. En 2020, esta cifra saltó a 611 y
luego alcanzó 690 en 2021 y 647 en 2022, promediando 1.8 por día.” Y nos señala
agudamente que “… entender los tiroteos masivos no es fundamentalmente una
cuestión de motivos individuales. La violencia a un nivel masivo es un fenómeno
social, y los fenómenos sociales requieren explicaciones sociales. ¿Qué le sucede a la
sociedad estadounidense que produce estos sucesos?” El mismo articulista da la
respuesta a esta interrogante: “… La desigualdad económica extrema ha alcanzado
nuevas cotas, y los más adinerados acaparan casi todo el crecimiento de la riqueza y
los ingresos […] El drástico aumento de la inflación ha socavado los salarios y
disparado el coste de los alimentos y la vivienda. Ahora, miles se han quedado sin
trabajo en medio de una ola cada vez mayor de despidos…” (Niles Niemuth, wsws, 26
de enero de 2023).

Así se vive hoy en Estados Unidos; además, la crisis migratoria permanente y la
deportación diaria de connacionales está volviendo cada día mucho más peligroso, por
un lado, arriesgarse a cruzar la frontera, pero por otro, vivir en ese país. Así que, los
mexicanos debemos pensar dos veces si seguimos aceptando que nuestros hijos se
vayan a buscar “el sueño americano”, porque el riesgo de perderlos por siempre es
muy alto; y, ciertamente, tampoco tenemos muchas salidas en nuestro país, que
padece también la gran crisis económica por la nula distribución de la riqueza que se
produce, el desempleo y la pobreza, pero somos nosotros, los propios mexicanos los
que podemos cambiar y transformar nuestra patria en una que alimente, eduque y
garantice una vida digna para todos.

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