Sabemos que hay muchas denuncias contra políticos del pasado y del presente. Muchísimos millones de pesos en juego. Pero el Poder Judicial guarda silencio.
Uno de los casos más sonados y más silenciados, es el del presidente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, poseedor, él, su familia y sus allegados, de una inmensa fortuna en propiedades, residencias aquí y en extranjero, autos de lujo, aviones, motocicletas, viajes, así como compra de conciencias, voluntades de periodistas y medios de comunicación.
Todo eso quedó revelado en unos audios que dio a conocer la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, con fotografías y documentación probatoria, en su programa Martes del Jaguar.
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Se presentaron las denuncias y las pruebas. Pero nada pasó.
En la delegación Benito Juárez, fueron presentadas diversas denuncias por fraude en contra de los funcionarios de esa demarcación por diversos delitos.
Los empresarios inmobiliarios acusaron que el delegado, Christian Von Roehrich, les pidió dinero para autorizar un proyecto, poco más de 800 mil pesos, Después para autorizar una ampliación pidió 2 departamentos de lujo a esa empresa denominada City Towers Green & Black.
Además, exigió la demolición de unos edificios en la delegación Xochimilco, trabajos realizados por cooperación que no fueron pagados, pero si solicitaron las estimaciones del soporte de obra, facturas que fueron cobradas por otra empresa.
Eso, aseguraron, sucede en otras delegaciones, pero la gente no se atreve a denunciar. Todos ellos son muy influyentes, miembros del Partido Acción Nacional, diputados, delegados y trabajadores delegacionales.
¿Qué ha pasado?
Luego de muchos meses por fin fue detenido Von Roehrich antes de abordar un avión para reunirse con otro prófugo, Ricardo Anaya, ¿Y los demás acusados?
Es un empresario y varios habitantes de la demarcación quienes los acusan y no el gobierno.
El caso de la alcaldesa de Cuauhtémoc, lanzando pelotas con billetes de 500 pesos.
¿Eran de su bolsa? o ¿extraídos de alguna partida gubernamental? Merece una investigación.
Igual los folletos, volantes y mantas que se le encontraron en sus oficinas en una clara campaña negra en contra de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. Eso no lo castigan las autoridades electorales. O no es un dinero aplicado de manera incorrecta. De que partida salió.
Golpeó policías, agredió ancianos y sonideros y qué pasó, NADA.
Y faltan muchos otros casos, como el de Silvano Aureoles y su desfalco monumental al estado de Michoacán, con el presupuesto de Salud que terminó en manos de Latinus, programa de Carlos Loret de Mola.
O las escaleras de Lía Limón, alcaldesa de Álvaro Obregón que según especialistas deberían costar alrededor de 20 mil pesos y que ella facturó por 3 millones.
Y muchos casos más que deben llegar, investigarse y resolverse en los juzgados del Poder Judicial.
Por lo pronto, hasta ahora poco o nada ha pasado
