Rufino H. León Tovar promete cárcel para jueces corruptos

Rufino H. León Tovar promete cárcel para jueces corruptos. FotoEspecial

Rufino H. León Tovar promete una transformación profunda de la justicia y sanciones severas contra jueces que actúen con negligencia o corrupción


Con tres décadas de trayectoria en el servicio público y cinco años como juzgador, Rufino H. León Tovar, actual presidente de la Primera Sala del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, aspira a convertirse en magistrado —y eventualmente presidente— del recién creado Tribunal de Disciplina Judicial, un órgano clave en el nuevo modelo de justicia planteado por la Reforma Judicial.

Durante su campaña, León Tovar ha sostenido que esta nueva instancia será «el verdadero filtro y termómetro» de la justicia en México, ya que contará con facultades inéditas para sancionar a jueces, magistrados y ministros, incluyendo multas, remoción, inhabilitación y, en casos graves, consignación ante el Ministerio Público.

“Este nuevo órgano se crea para tener un control real del Poder Judicial”, afirmó.
“Actualmente, el Consejo de la Judicatura Federal cumple esa función, pero al estar presidido por el mismo titular de la Suprema Corte, surgen dudas sobre su imparcialidad”.

León Tovar sostiene que el Tribunal de Disciplina Judicial es la respuesta a una exigencia histórica de autonomía y rendición de cuentas dentro del Poder Judicial. “Si este Tribunal no cumple férreamente su función sancionadora, la reforma habrá fracasado”, sentenció.

En su recorrido por distintas regiones del país, el magistrado ha percibido un profundo desencanto ciudadano respecto al sistema judicial. “La gente no cree en la justicia. Muchos no tienen ni para contratar un abogado, y quienes lo hacen, dudan que el Ministerio Público o el juez actúen correctamente”.

Ante ello, propone que el nuevo tribunal envíe un mensaje contundente: no habrá tolerancia para quienes apliquen mal la ley. Su campaña —austera, sin espectaculares ni grandes eventos— se ha desarrollado en redes sociales y con recursos propios, fiscalizados por el INE.

“Este proceso es un laboratorio democrático. Aunque la participación estimada ronde apenas el 15 o 17 por ciento, la oportunidad de conocer perfiles y votar libremente ya marca una diferencia”, sostuvo.

Asimismo, León Tovar rechaza cualquier vínculo partidista y subraya que la independencia de la justicia solo puede garantizarse si los jueces se mantienen ajenos a intereses políticos.

“Nunca he militado en partido alguno. No he recibido apoyos ni los aceptaría. La justicia tiene que ser independiente y libre”.

Su nombre aparece en la boleta turquesa con el número 31, como parte de este proceso inédito de elección ciudadana, que definirá la integración del Tribunal de Disciplina Judicial —un organismo con el potencial de transformar la percepción y operación del sistema de justicia en México.