Debaten en CDMX sobre lucha indígena durante Conquista

Jueves Debate

Existe una construcción artificial de la imagen de los vencidos y del indígena folclórico, que se ve plasmada en murales e iconografías conocidas

Ciudad de México.- Como parte del programa de los 500 años de la Resistencia Indígena de México-Tenochtitlan, que organiza el Gobierno de la Ciudad de México, se llevó a cabo el tercer “Jueves de Debate” en el FARO Cosmos, con el tema: “¿Quiénes vencieron, quiénes fueron vencidos?, donde se abordaron aspectos como el proceso de sometimiento de los indígenas, su lucha por la defensa de las tierras, la construcción artificial de la imagen de los vencidos, la heterogeneidad de las comunidades indígenas y su extensión territorial a través de sus lenguas, así como el concepto de mestizaje y el proceso de desindianización para borrar el pasado indígena.

La maestra en historia Marta Martín Gabaldón inició el debate hablando de la importancia de hacer un análisis crítico de la visión de los vencidos y todos sus matices, planteó tres dicotomías que se han forjado a lo largo del tiempo y se han cristalizado hasta influir en el presente.

La primera dicotomía que expuso está relacionada con la idea de que los pueblos indígenas fueron vencidos, misma que se forjó durante el siglo XIX y XX de la mano del nacionalismo.

“Fueron vencidos los indígenas contemporáneos, por así decirlo, mientras que se veía el pasado prehispánico como un elemento glorioso de la historia, que en el siglo XX cobraron mucho protagonismo pero han sido reclamos turísticos y de territorio”, declaró.

La segunda dicotomía o binarismo, es pensar que el contexto indígena en 1521 era totalmente homogéneo, cuando el análisis contemporáneo señala que no es así porque se debe recordar que la conquista se realizó con indígenas aliados, puntualizó.

“Se ha ido poniendo sobre la mesa el protagonismo de ciertos indígenas en estos procesos de sometimientos de los pueblos (…) existían rivalidades y sometimientos. También hubo indígenas que fueron conquistadores que contribuyeron a la Conquista, literal”, añadió.

La tercera dicotomía planteada por Marta Martín indica que no todos los indígenas “vencidos” en este proceso histórico fueron iguales, pues señala que “hubo elites que luego obtuvieron el estatus de señores naturales, primero, posteriormente caciques que supieron conservar sus privilegios”.

“Tampoco podemos encajonar de manera tan gratuita y tan simplista del lados de los vencidos, porque supieron ejercer toda esta serie de privilegios, y muchos, lo vemos muy bien en el estado de Oaxaca, donde muchos cacicazgos sobrevivieron incluso al periodo de la Independencia y se extinguieron después. Estamos hablando de caciques indígenas que eran enormes terratenientes”, expuso.

El doctor y etnólogo Carlos Arturo Hernández Dávila resaltó que a lo largo del tiempo se trabajó en la construcción artificial de la imagen los vencidos de la llamada Conquista, y con ello se inventaron a los vencidos como a los vencedores, historias que se ve plasmadas en murales e iconografías conocidas, como el mural “La fusión de dos culturas” del artista mexicano Jorge González Camarena; afirma no se sostienen porque los grupos indígenas de algún modo conservaron su independencia, misma que mantiene las comunidades indígenas actuales.

“Siguen teniendo referencias muy interesantes que sin embargo no se sostienen en una buena parte de la experiencia de la memoria ritual, hoy en los pueblos indígenas”, indicó.

En este mismo sentido citó el libro “México Profundo”, escrito por el antropólogo Guillermo Bonfil Batalla, fallecido hace 30 años, que habla de la invención de la imagen del indígena folclórico.

“Con el indígena del turismo, del huipil, de la artesanía, el indito o la indita de la india María (…) con este asunto que es una mezcla de desprecio y de conmiseración. Pobres indios. Y el asunto está en que hoy contamos con voces poderosas como Yásnaya Aguilar, escribiendo desde la zona mixe donde ella tiene su pueblo, donde ejerce cargos comunitarios, una excelente lingüista, repensando de qué hablamos cuando hablamos de victoria o de derrota”, comentó.

La doctora y lingüista Violeta Vázquez Rojas Maldonado expuso que la heterogeneidad que existe de las comunidades indígenas de México se puede ver a través de sus lenguas y su extensión territorial, mismas que aportan una idea de cómo han sido los movimientos poblaciones.

“Las lenguas que conforman esta extensión territorial, que como dije es cinco veces más pequeña que la de Europa (en donde existen cerca de 200 lenguas que derivan de una familia) las lenguas que se hablan aquí se agrupan en 11 familias que tienen la profundidad temporal del indo europeo”.

“La diversidad lingüística de México te habla de las relaciones que hay entre las lenguas, de cómo se fue poblando y de una densidad, de cómo están relacionadas unas con otras”, abundó.

Destacó que en México sólo hay cuatro lenguas que están aisladas y no se sabe de dónde provienen con exactitud y cuáles son sus lenguas parientes, una de ellas es la purépecha, que durante la Colonia se mantuvo como una lengua de poder.

Explicó que cuando los españoles llegaron a México se enfrentaron al patrón con esta diversidad de lenguas, que si bien no tenían un vínculo genético entre ellas, sí una relación cultural entre las comunidades, diversidad que se mantiene hasta ahora.

También se refirió a la disminución de lenguas, así como del número de hablantes, que pasó de ser toda la población del territorio nacional a solamente 6 por ciento que se registra hoy; un fenómeno que ha venido ocurriendo a partir de la instauración del Estado mexicano moderno. No obstante, señaló que se mantiene la diversidad de lenguas y que éstas no mueren sino que cambian.

“Algo que tenemos que quitarnos de la cabeza es que las lenguas no mueren, las lenguas cambian. Si mueren es porque las matan, matan las políticas lingüísticas, entonces creo que en la diversidad lingüística que hay en la actualidad, el hecho de que se hayan mantenido todos estas lenguas con estas estructuras de diversidad de familias (…) es porque la diversidad también se mantuvo”, señaló.

Al respecto, del historiador Federico Navarrete puntualizó que en 1821, época de la consumación de la Independencia de México, más del 75% de la población del país hablaba lengua indígena y sólo la cuarta parte hablaba español, y que el cambio de porcentajes de hablantes sucedió durantes los últimos dos siglos.