Sean ‘Diddy’ Combs es absuelto de cargos por tráfico sexual

Sean 'Diddy' Combs es absuelto de cargos por tráfico sexual. FotoEspecial

‘Diddy’ es declarado culpable de transportar con fines de prostitución; el productor musical enfrenta hasta 20 años de prisión tras juicio federal en Nueva York

El productor musical Sean Combs, también conocido como Diddy, fue absuelto este miércoles de los cargos de tráfico sexual y asociación delictuosa, pero el jurado lo declaró culpable de transporte con fines de prostitución, en el cierre de un juicio federal que se extendió por ocho semanas en un tribunal de Manhattan.

La resolución judicial representa un triunfo parcial para Combs, de 55 años, quien enfrentaba la posibilidad de cadena perpetua si hubiera sido encontrado culpable de los cargos más graves.

El jurado, tras deliberar durante tres días, descartó las acusaciones más serias que lo señalaban de obligar, con ayuda de empleados y colaboradores, a sus exparejas Casandra Ventura y una mujer identificada como “Jane”, a participar en actos sexuales no consentidos con terceros.

Aun así, el jurado encontró evidencia suficiente para declararlo culpable de dos cargos relacionados con el transporte de personas con fines de prostitución, lo que podría acarrearle hasta 20 años de prisión, es decir, 10 años por cada cargo. La sentencia será determinada por un juez federal en una fecha aún por anunciar.

Durante el juicio, los fiscales argumentaron que Combs se valía de su posición de poder en la industria musical para explotar sexualmente a mujeres, mientras la defensa sostuvo que las relaciones fueron consensuadas y manipuladas por intereses económicos.

A la salida del tribunal, Combs se mostró visiblemente aliviado y celebró la absolución de los cargos mayores, mientras sus abogados afirmaron que apelarán los veredictos condenatorios.

Por su parte, las víctimas expresaron su decepción, aunque consideraron que la culpabilidad parcial representa un avance en la rendición de cuentas.

La atención mediática sobre este caso fue significativa, en medio de un creciente escrutinio hacia figuras influyentes acusadas de conductas sexuales indebidas, en la era posterior al movimiento #MeToo.