Procura no perder tu poder

Por José Antonio Alcaraz

Cómo vibras y qué sostienes en tu campo emocional depende enteramente de ti. Así que, procura no culpar a los demás, ni a las situaciones que pasen por tus estados de ánimo, pues, si te sientes mal es porque lo estas permitiendo y alimentando.

Te pregunto: ¿cuándo fue la última vez que perdiste o cediste tu poder a una persona, objeto o situación? En mi caso, suelo perder ese control o cedo mi poder por nimiedades y eso me estresa, eso sucede cuando dejo de enfocarme en mí.

Problemas siempre habrán y también habrán muchas formas de solucionarlos. Está bien descargarse de esas situaciones (catarsis), pero también no se trata de caer en la queja o en el rol de víctima.

Por ello, la columna de hoy me sirve de recordatorio de que mi PODER es mío y de nadie más. Aunque, en ocasiones una parte de mí me pida alguna acción de justicia o revancha A VECES SE GANA MÁS PERDIENDO:

El ceder tu poder a un problema, una persona, cosa o acción hace que te vuelvas un esclavo mental, sentimental y emocionalmente, pues así se atraen racha de mala suerte o desgracias que van complicando la existencia y que se llegan a perpetuar semanas, meses y hasta años.

Sé que no es fácil entender esto. Sin embargo, encontré el ejemplo exacto en “El libro más pequeño del mundo, con las verdades más grandes del universo”, escrito por Gerardo Amaro:

Imagina que es un día normal en la mañana, te estás preparando para ir a trabajar. Te bañaste, te peinaste, estás listo para salir, pero, antes de cruzar la puerta te das cuenta que no traes tu saco preferido.

Entonces, regresas a buscarlo al closet y no está, lo buscas en otro closet y tampoco. Buscas por toda la casa y no apareció; al final te das por vencido (a) y decides ponerte cualquier otro, pero, ya vas enojado(a) porque no traes tu saco preferido, ESE ENOJO, por pequeño que sea, TRAE CONSECUENCIAS.

Cuando vas manejando a la oficina sigues con el enojo. Entonces, se te cierra otro vehículo, y tienes que dar un frenón que hace que el café se derrame en tu ropa. Llegas a la oficina todo manchado (a) a una junta, pero, más enojado (a) aún porque tu ropa no está presentable, ESA VIBRACIÓN SE TRANSMITE a la junta y te va mal.

Así, sucesivamente, vas teniendo malos momentos durante el día hasta que se convierte en UNO DE LOS PEORES, y todo se originó porque no encontraste tu saco preferido.

En este sencillo y hasta burdo ejemplo, se muestra la forma en la que vamos cediendo nuestro poder, en este caso, a un saco y, pues, ya no se decide por uno mismo y todo salió mal, se atrajeron energías densas que intervinieron en el día.

La intención de este artículo es que puedas ser más consciente para que no pierdas tu poder. Cuida tus pensamientos, sentimientos y emociones. No te enojes por cosas que no tienen sentido, no gastes tu energía en cosas que no valen la pena, es momento de usar tu poder para tu conveniencia.

La mejor manera de navegar en esos días en lo que todo a tu alrededor, incluyéndote, se encuentren más irritables o ansiosos de lo normal, es observando las emociones que vas sintiendo, eligiendo cambiar y no engancharte con aquellas que te produzcan malestar, enojo o frustración.