LA POLÍTICA es el arte de gobernar, una frase muy actual que pronunciaron Platón, Aristóteles, Maquiavelo y Churchill, pero que también implica trabajar por el bien común. Por ello, muchos nos quedamos pasmados cuando los partidos políticos de México y muchos de sus personajes hablan de “equidad de género” como condición sine qua non o condición sin la cual no hay democracia si no existe equilibrio entre hombres y mujeres para repartirse cargos de elección popular.
Llama la atención que muchos varones y féminas quieran gobernar estados de nuestra nación, sin tener capacidad, calidad y categoría para lograr el bien común de la sociedad a la que pretender representar.
A muchas mujeres les ha costado sangre, sudor y lágrimas lograr una posición en una empresa, sindicato o partido político. Muchas han demostrado que son dignas de tal hazaña.
Sin embargo, es discutible que para la designación de candidaturas para las elecciones del 2024, los partidos políticos quieran hacer el reparto o nombramiento bajo la bandera de “la equidad de género”.
El tema es patente lo mismo en Puebla que en Tabasco, Veracruz o Guanajuato. No podemos admitir que ahora le toca a una mujer gobernar tal o cual entidad federativa, sólo para cumplir con “la equidad de género”.
Gobernar un estado de la República implica responsabilidad, compromiso, diseño de planes de desarrollo, pero sobre todo la demostración de que puede con el encargo.
No se puede admitir, como en los sindicatos, que el puesto, encargo o la alta responsabilidad de una tarea pública le corresponde a una mujer por “equidad de género” o por antigüedad. El tema es tan debatible como el de los candidatos plurinominales que llegan a ser diputados o senadores y dicen representar al pueblo sin tener méritos para ello o que pueden obtener el cargo sin haber demostrado que tienen estatura y principios para esa labor.
Los jaloneos y golpes por debajo de la mesa se observan a diario en Puebla, Tabasco y Veracruz, donde por decisión de un bastón de mando quieren que sea una mujer, mientras que en la Ciudad de México, se inclinan por un varón. Así, son mera pantomima las encuestas que plantearon los mismos dirigentes de los partidos políticos que tienen registro en México.
En Guanajuato ocurre lo mismo. Parece que el gobernador panista ya decidió y quiere que una mujer lo releve porque así lo dicta la “equidad de género”, porque ahora le toca dirigir a una fémina, mientras el estado está sumergido en violencia, asesinatos y pugnas entre los cárteles de las drogas.
En la UNAM el fenómeno también apareció y en punto de contagio los pregoneros gritan: Ya es momento de que la Rectoría sea encabezada por una mujer; ya le toca, porque así es “la equidad de género”.
No. la Rectoría de la UNAM debe ser encabezada por un hombre o mujer que demuestre que tiene capacidad para hacerse cargo de la Máxima Casa de Estudios y toda la comunidad universitaria.
Lo demás es vocinglería y perorata pura.
PUNTOS Y LINEAS
HACE UNOS días comprobé que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) es una gran obra de construcción que posiblemente sea funcional, exitosa y operativa mucho más allá del 2025, porque la conectividad terrestre simplemente no es eficiente o no existe, como usted lo quiera ver.
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