Bellas y Airosas
Elvira Hernández Carballido
Este mes de enero cumplirías 78 años, tú mi cantante más amada, voz que me persigue e inspira, la misma cantante que aparece en fotos con esos lentes redondos que quise imitar cuando iba en la secundaria aprovechando que soy una miope declarada. Cuánto tiempo ha pasado y míranos, recordando tu música y esa voz provocadora del rock femenino de todos los tiempos.
La primera vez que te escuché me atrapó de inmediato esa voz ardiente y profunda, tan pasional como un torbellino imparable. Escucharla significaba perder el aliento y perderse en espirales genuinas y vehementes.
Siempre me sigue dando tristeza que no hayas podido escapar a la maldición de que los artistas inmortales que deben morir cuando cumplen los 27 años y justo a esa edad abandonaras este mundo, pero tu voz se quedó para siempre.
Esa voz que no dejo de escuchar, que desgarra sombras y almas, esa voz que sigue estremeciendo por su intensa interpretación, por su manera de lacerar el amor posible-imposible, el amor romántico y no.
Te convertí en mi chamana, en un grito al ritmo del blues, eco que delata a tantas mujeres en una sola voz, alarido que vocifera silencios con ritmo inolvidable, pregonera de ronca fe y desesperanza.
Ayer y hoy, siempre que te escucho siento que en cada canción confesabas entre la desesperación y la resignación que no encontrabas la salida, pero sabías que tenía que seguir tratando, como lo confesaste en tu rola de “Blues Cósmico”. En otras de tus canciones nos pedías no llorar en tiempos de verano, garantizabas que algún momento nos crecerían las alas para escapar, para volar hacia donde mejor pudiéramos sentirnos, lo juraste en cada tono de “Summertime”. Irónica y provocadora fuiste capaz de pedirle a Dios imposibles-posibles, para diferenciar lo material y lo efímero, lo absurdo y lo latente como lo ironizabas en “Mercedes Benz”, que por cierto interpretaba a capela, sin una nota musical, solamente tu voz natural, fuerte, entonada, magistral.
Hoy todavía, querida bruja cósmica sigues hechizando con el ritmo de tu música, haces magia con tu voz, quemas corazones en hogueras escandalosas, haces maleficios cuando nos envuelves en tus canciones, haces coros de conjuros para abrir heridas, tomas pedazos de nuestro propio corazón y retas al mal amor porque nos enseñaste que somos fuertes, que podemos seguir adelante sin ese machín ingenuo, siempre sosteniéndonos con nuestra propia fuerza.
Me duele evocar que el día que moriste solamente la soledad te acompañó, pese a tener tantos aliados que te seguimos queriendo. Tú, la adicta a su música, de risa contagiosa, pantalones acampanados, sombreros solidarios, cabello despeinado, lentes redondos que siempre he querido lucir y carro sicodélico donde una vez soñé que paseaba contigo.
¿Sabes? Este mes tomé un hermoso taller donde Margarita Mantilla y varias compañeras llenas de sororidad hicimos un recorrido por tu vida inolvidable y volvimos a extrañarte y aunque sabemos que no queda más que imaginarte cumpliendo 78 años, juramos y confirmamos que tu voz sigue contagiando rebeldía y amor del bueno. Feliz cumple, Janis Joplin querida.