La iglesia culmina el año litúrgico proclamando en el cielo y en la tierra que Cristo ha vencido y recuerda a la humanidad la soberanía universal de Jesucristo.
Con el cierre del año litúrgico, la iglesia católica, celebra una de sus fiestas más importantes y es la solemnidad de Cristo Rey del universo.
De acuerdo con el calendario litúrgico del 2024, el domingo 24 de noviembre es una fecha muy especial, ya que está dedicada a la celebración de Cristo Rey.
Así desde el Vaticano y en todas las iglesias del mundo que pertenecen al catolicismo ha retumbado un solo grito de amor y esperanza ¡Viva Cristo Rey!
Esta fecha varia cada año ya que se debe festejar el último domingo del año litúrgico, y es una fecha especial para recordar que Cristo debe reinar en nuestros corazones.
De ahí que, en las homilías a lo largo de este día, los sacerdotes y ministros llamen a la humanidad a recordar que Cristo reina desde la cruz, en un trono de servicio y de amor que comparte para que nuestras acciones giren en dar y compartir a los demás.
Oración a Cristo Rey
Cristo Rey, reina en mi corazón, en mi vida, en mis sueños, en mis planes, en mis decisiones, en mi hogar y en mi familia. Oh Cristo Rey, soberano del Cielo y de la Tierra, con humildad y confianza me postro ante tu majestad divina, entregándote mi corazón para que en él reines eternamente, para que en él hagas tu hogar y seas tú quien me dirija.
Cristo Rey, en el trono de tu amor encuentro el refugio que necesito, en tu corona de misericordia obtengo la luz para mis días, y en tu cetro de paz, tengo la guía que mi alma necesita, en tu presencia descubro la plenitud del amor que redime, del amor que transforma, del amor que necesito para seguir, para ser una persona de bien, para actuar dentro de tu voluntad.
Cristo, tú el Rey compasivo, te pido abre los cielos sobre mi vida y derrama tu gracia, también te pido como un favor especial (en esta parte de la oración pídele con humildad a Cristo Rey esa petición que tienes, háblale sobre tus angustias, sobre la señal que quieres que te envíe, puedes igual pedirle protección para ti, para tu familia o solo agradecerle por todo lo que te ha dado).
Cristo Rey, te entrego cada rincón de mi ser, pidiendo que tu luz ilumine las sombras de mi alma. Hazme un reflejo de tu amor, un instrumento de compasión y esperanza para quienes me rodean. En tus manos poderosas deposito todos mis miedos, todos los temores, todas mis preocupaciones, mis enfermedades, mis problemas, mis dudas, mis luchas y mis sueños.
Viva Cristo Rey de la paz en mi corazón, en mi casa, en mi patria y en todo el mundo. Amén”