Ismael «El Mayo» Zambada se declara no culpable en su primera audiencia en NY

Siendo uno de los grandes capos del narcotráfico con apariencia débil y 17 cargos en su contra, se declaró no culpable en su primera audiencia

El cofundador del Cartel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, se declaró este viernes no culpable en su primera audiencia en un juzgado de Nueva York.

Con aproximadamente 15 minutos de audiencia, «El Mayo» negó los 17 cargos de narcotráfico a los que se enfrenta, entre ellos la conspiración para asesinato, pertenencia de armas y narcotráfico.

En esta primera comparecencia, se trasladó por primera vez a una sala en la corte Federal del distrito este de Nueva York, donde el juez de instrucción James R. Cho le leyó los cargos a los que s enfrenta y advirtió que pueden convertirse en centencia de cadena perpetua.

Sin embargo, el líder del narcotráfico de ahora 76 años de edad, no dudó ni un segundo en decir «No culpable» aunque su expresión facial pudiera expresar lo contrario.

Pese a que la ley indica que el juicio tiene que comenzar en setenta días, el juez Cho hizo una excepción debido a la complejidad del caso, por lo que decretó que el 31 de octubre se realice la segunda audiencia, donde Zambada se enfrentará al  juez Brian Cogan, quien también estuvo al frente del caso de «El Chapo».

Por su parte el defensor del capo, Frank Pérez aseguró a medios que su cliente no se declararía culpable ni apoyaría a la fiscalía.

De gran capo de Sinaloa, a un hombre débil en prisión

Aunque «El Mayo» Zambada, así como muchos otros líderes de los grupos delictivos se ha visto físicamente fuertes creando miedo no sólo por lo que hacen sino por su apariencia. Una de las incógnitas que se han generado a partir de la detención de Zambada, es su estado de salud, pues su llegada a la audiencia evidenció la fragilidad en su cuerpo al no poder desplazarse sin ayuda.

Además, con su rostro pálido se mantuvo inmóvil durante toda la audiencia, rodeado de cinco agentes de seguridad, sólo demostró la fuerza para negar los cargos, como si la terquedad fuera lo poco que le queda en su sistema, pues incluso para levantarse de su asiento tuvo que ser asistido.