¡Más cerca que nunca! La nueva hora para el juicio final

¡Más cerca que nunca! La nueva hora para el juicio final, según científicos. FotoEspecial

La humanidad está más cerca que nunca de un punto de no retorno, advierten científicos

Hace 78 años, varios científicos crearon un tipo único de reloj, llamado el Reloj del Juicio Final (Doomsday Clock, en inglés), como un intento simbólico de medir cuán cerca está la humanidad de destruir el mundo.

Este martes, el reloj se fijó en 89 segundos para la medianoche, la posición más cercana a ese marcador en la historia, de acuerdo con el Bulletin of Atomic Scientists, que estableció el reloj en 1947.

La medianoche representa el momento en el que los seres humanos habrán hecho la Tierra inhabitable.

En los dos años anteriores, el Bulletin fijó el reloj en 90 segundos para la medianoche, principalmente debido a la invasión de Rusia a Ucrania, la posibilidad de una carrera armamentista nuclear, el conflicto entre Israel y Hamas en Gaza y la crisis climática.

El reloj no está diseñado para medir de manera definitiva las amenazas existenciales, sino para generar conversaciones sobre temas científicos complejos como el cambio climático, de acuerdo con el Bulletin.

“Movimos el reloj más cerca de la medianoche porque no vemos un progreso positivo suficiente frente a los desafíos globales que enfrentamos, incluidos el riesgo nuclear, el cambio climático, las amenazas biológicas y los avances en tecnologías disruptivas”, como la inteligencia artificial, dijo Daniel Holz, presidente de la junta de ciencia y seguridad del Bulletin y profesor del departamento de física, astronomía y astrofísica de la Universidad de Chicago, durante una conferencia de prensa el martes.

“Los países que poseen armas nucleares están aumentando el tamaño y el papel de sus arsenales, invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en armas capaces de destruir la civilización varias veces”, agregó.

El desarrollo de tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial, la biotecnología y la exploración espacial, también ha superado ampliamente la regulación en esos ámbitos, añadió Holz.

“Todos estos peligros se ven enormemente agravados por un potente multiplicador de amenazas: la propagación de la desinformación, la información falsa y las teorías conspirativas que degradan el ecosistema comunicativo y difuminan cada vez más la línea entre la verdad y la falsedad”, agregó.