chaneke verde

Domingo, 21 de noviembre, cuatro días habían pasado desde que llegaron a Miami. Todo marchaba muy lento, eran unas vacaciones bastante aburridas, nada de lo que se imaginaron Steve y Mané; el señor Robinson, prácticamente no estaba en casa, andaba siempre fuera, con cosas de negocios, pero hoy, por ser Domingo había prometido llevar al equipo de paseo. La “Señora Linka” pasaba largo rato en su celular, atendiendo asuntos de sus clientes, eso decía y “la señora Yi”, aunque también dedicaba algunas horas de su día a trabajar vía remota a través de una computadora, era quien más atención le ponía, dedicaba algunas horas a “entrenarlo”.

La mansión Robinson, era enorme, tenía un gran jardín y un estanque con carpas doradas y algunos patos. Yi descubrió inmediatamente, gracias a su experiencia en cuestiones de ingeniería hidráulica, que el estanque artificial era en realidad el último punto de un sistema de recolección de agua pluvial, con otro sistema de re- circulación y filtrado de agua que lo mantenía limpio a la vez que evitaba al máximo la pérdida de agua, todos los artefactos de bombeo eran eléctricos, alimentados por páneles solares; todo indicaba que el magnate de la construcción, no había olvidado del todo, como cuidar el planeta.

En fin, Yi le mostraba a Steve, lo que el anillo del agua podía hacer, creaba remolidos de 4 o 5 metros de altura, no tan grandes para no llamar la atención, hacía pequeños tsunamis, muros y chorros de agua con los cuales derribaba botellas que servían de blancos fijos. Resultaba muy divertido para los humanos, aunque no para los peces, quienes se lo hacían saber a Steve, recordemos que con el anillo del corazón, se podía comunicar con los animales.

-Ellos harán lo que les pidas- explicó Yi- inténtalo, estira tu brazo, con el puño cerrado, anillo al frente y concéntrate, habla con ellos y pídeles algo.

-¿Cómo sabes todo eso?¿Alguna vez has usado el anillo?

– Lo intenté, intercambié anillo con Ma-Ti algunas veces, jamás logré hacer que funcionara, lo cual era bastante raro, porque al intercambiar anillos con Linka, Kwuame y Wheeler, si podía hacerlos funcionar.

– ¿O sea que cualquiera puede hacer funcionar los anillos? – preguntó Steve.

-No cualquiera mi niño, yo jamás logre hacer funcionar ninguno de los anillos- Intervino “Nancy”- son especiales, su magia se activa sólo con la persona indicada.

– Así es y el anillo del corazón es el más especial de todos. No sé porque sólo Ma- Ti y tú, lo han podido hacer funcionar- dijo Yi.

– Tal vez sea porque ambos fueron elegidos a temprana edad, aún siendo niños, antes de adquirir la malicia de los adultos. El corazón infantil es noble, sincero y alberga muchas ilusiones para el futuro. Cualidades que se pierden durante la adolescencia y juventud, cuando se descubre la realidad del mundo- dedujo Nancy.

– Yi, ¡Tengo una idea, haz un muro de agua y yo les ordenaré a los peces que se formen en él!

– ¡Hecho! – Y fue así como Yi, hizo un muro de agua, los peces se adentraron en él y se formaron como si fueran ladrillos, cuando de repente, una bola de fuego, explotó frente a ellos, arrojando chispas en todas direcciones, como por arte de magia, todos los peces escupieron pequeños chorros de agua simultáneamente apagando todas y cada una de las chispas.

-¿Que fue eso?¿ Wow, no lo puedo creer?- gritaba el niño emocionado- ¿lo viste Yi?.En cuanto vi la bola de fuego, pensé en apagarla con un chorro de agua y los peces lo hicieron por mí, fue como si estuviéramos conectados! ¡WOW, fue increíble! ¿Pero de donde vino la bola?

-Wheeler…- dijo Yi al tiempo que volteaba hacia atrás para encontrarse con la mirada de su antiguo compañero, quien avanzaba a pasos agigantados hacia ella, de no ser por su obesidad, seguramente vendría corriendo.

– Yi… Steve… Nancy…- dijo jadeando Wheeler- ¡nos vamos a Ciudad del Cabo. ¡Encontramos a Kwame!

– Señor Robinson, ¡¿con que ése el poder del anillo del fuego?! WOW es increíble…

– ¡Veo que por fin decidiste volver a usarlo!- le dijo Yi, sumamente emocionada- ¡Encontraste a Kwuame, eso es increíble!  ¿Cuéntame cómo ocurrió?,¿A poco Kwame aprendió a usar el internet?¿cómo se ve, está muy viejo?

– Kwuame, no respondió… Al menos no directamente, vamos con Linka y les mostaré.

Minutos después se reunieron los cuatro, bueno, seis, si contamos a Mané y a Nancy, en la oficina de Wheeler, era tan amplia que más bien parecía una sala de juntas; en ella, los empleados de la mansión habían acomodado algunas sillas, que estaban dirigidas hacia una pared blanca que haría la función de pantalla. Wheeler conectó la computadora al proyector y mostró en dicha pared, la bandeja de entrada de su correo electrónico. Abrió un correo, en el cual había un archivo adjunto, un video. El cual comenzó a reproducir para que todos sus compañeros lo vieran.

Había un joven sudafricano, que al parecer, se había grabado con su celular, estaba vestido de blanco, hablando en inglés: “Saludos, mi nombre es Bakhit Ilhunga, soy enfermero del hospital Civil de Ciudad del Cabo en Sudáfrica, le envió el presente video porque tenemos un paciente que ha mostrado mucho interés en el video donde un niño platica con un perro. Y es que al final del video aparece su dirección de correo y nuestro paciente nos ha pedido que le escribamos, ya que él no puede. Su nombre es Kwuame, no dice sus apellidos, lleva en éste hospital casi 6 meses, los paramédicos lo encontraron a las afueras de la ciudad, casi muerto, con múltiples heridas de bala, una de ellas en el cráneo. Ése día hubo disturbios en la ciudad, protestas de rebeldes que piden la destitución del presidente actual, algo que se ha vuelto habitual en ésta ciudad; pensamos que sería uno de ellos, lo aceptamos en el hospital y fue operado de urgencia, se le repararon órganos abdominales dañados y un pulmón colapsado, pero no fue posible extraerle la bala del cráneo.

Nos llamó mucho la atención que traía puesto un anillo, el cual no le pudimos retirar, como siempre lo hacemos con las pertenencias de un paciente que entra a cirugía. Tiene secuelas muy serias por el daño cerebral, nos sorprende que siga vivo.

Esperábamos que alguien viniera por él, que apareciera algún familiar, pero no ha sido así. Y dado que el albergue se encuentra lleno de refugiados, además de su delicada condición, hemos decidido cuidar de él en sus últimos días.

Así que entre mis compañeras y yo, lo bañamos, lo afeitamos, le hemos regalado ropa y lo entretenemos a ratos, mostrándole videos de internet, música, películas, a manera de rehabilitación, esperando que pudiera comunicarnos quien es y donde se encuentra su familia. Ayer vio su video y me dijo, sólo dos palabras: FAMILIA y ESCRIBE. Así que supongo que lo conocen, ¿podrían venir por él? Les dejo mi número para que me llamen…”

Al tiempo que el joven pronunciaba éstas palabras, la toma se abrió y la cámara temblorosa, debido al movimiento de la mano del joven, se enfocó en un anciano débil y desnutrido, de semblante triste el cual cambió por una tenue sonrisa al tiempo que levantaba su mano izquierda, mostrando el dorso hacia la cámara. En ésa mano huesuda y arrugada, con tan poco movimiento, pudieron distinguir el anillo con el poder de la tierra…

 

Continuará …

 

Chaneke verde

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