El representante de Ucrania, Sergiy Kyslytsya, afirmó que el deterioro de la situación humanitaria es ya una catástrofe que afecta a todas las regiones, hoy de manera particular a la ciudad de Mariúpol en constante asedio del ejército ruso
23 de marzo de 2022.- Este jueves se debatió en Naciones Unidas, el proyecto de resolución impulsado por México y Francia y respaldado en un principio por al menos 20 naciones para demandar a Rusia que ponga fin a su incursión militar en Ucrania, permitir la salida segura de desplazados y el ingreso de ayuda humanitaria.
De igual modo, que se garantice el respeto a la infraestructura civil como hospitales, centros de salud, escuelas e instalaciones eléctricas y de distribución de agua potable.
Al presentar la iniciativa y pedir a los miembros de la décima primera Sesión Especial de Emergencia de la Asamblea General dejar atrás la apatía en este asunto, el representante de Ucrania, Sergiy Kyslytsya, afirmó que el deterioro de la situación humanitaria es ya una catástrofe que afecta a todas las regiones, hoy de manera particular a la ciudad de Mariúpol en constante asedio del ejército ruso, advirtió.
Durante esta primera jornada de debate, Vasily Nebenzya, representante permanente de Rusia en la ONU rechazó el proyecto de resolución promovido por México y Francia, porque, dijo, obedece a intereses de Estados Unidos y occidente, al ser de carácter político calificando como “invasión” la operación militar rusa que buscó “poner fin a la guerra de 8 años que inició Kiev contra la población civil en Donbass y que ha acabado con la vida de 10 mil personas, una guerra que los colegas occidentales han pasado por alto y leechan la culpa a Rusia”.
Por otro lado, el líder opositor ruso Alexey Navalny fue sentenciado a otros 9 años de prisión en una cárcel de máxima seguridad, esto luego de criticar al Kremlin e instó a sus seguidores a través de Twitter a mostrar su oposición al gobierno ruso y el presidente Vladímir Putin.
Alexey Navalny, de 45 años, ya estaba cumpliendo una condena de dos años y medio en un campo de prisioneros al este de Moscú por violaciones de libertad condicional relacionadas con cargos que, según él, fueron fabricados para frustrar sus ambiciones políticas.