
La propuesta, que inicialmente planteaba un 5% y fue rechazada por países como México, ahora se limita a transferencias en efectivo, giros postales y cheques de caja
El polémico impuesto a las remesas impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue reducido al 1% en la más reciente versión del megaproyecto de ley que actualmente se discute en el Senado, el cual podría ser aprobado antes del 4 de julio, fecha emblemática para ese país.
La nueva redacción, elaborada por el Comité de Finanzas del Senado, representa una reducción significativa frente al 3.5% propuesto inicialmente por legisladores republicanos, y aún más respecto al 5% que aprobó la Cámara de Representantes en mayo.
De acuerdo con el documento, el impuesto sólo aplicaría a transferencias realizadas mediante efectivo, giros postales, cheques de caja u otros instrumentos físicos, dejando fuera transferencias electrónicas o bancarias.
“En general, se impone a cualquier transferencia de remesas un impuesto equivalente al 1% del importe de dicha transferencia”, establece el borrador de ley.
Aunque no está claro si esta versión cuenta con los votos suficientes para avanzar, la reducción evidencia un intento del bloque republicano por disminuir las críticas internacionales, sobre todo desde países latinoamericanos como México, cuya economía depende en gran parte de las remesas enviadas por sus ciudadanos en EE.UU.
La medida formaría parte de lo que Trump ha denominado su “gran y hermoso proyecto de ley”, que también busca contener un aumento de más de 4 billones de dólares en impuestos y aliviar la carga fiscal sobre los contribuyentes estadounidenses.
De aprobarse, el impuesto entraría en vigor después del 31 de diciembre de 2025, coincidiendo con el cierre del año fiscal y el posible inicio de un nuevo mandato presidencial.