Se cumplen 76 años de la gran inundación que marcó a Pachuca

e cumplen 76 años de la gran inundación que marcó a Pachuca. FotoEspecial

El 24 de junio de 1949, una tromba convirtió al centro de la ciudad en un río desbordado que cobró cientos de vidas

Este 24 de junio se cumplen 76 años de la gran inundación de 1949, una tragedia que permanece viva en la memoria colectiva de la capital hidalguense. Aquella tarde, un torrente surgió inesperadamente desde la Cañada de San Buen Aventura mientras una intensa tromba azotaba la ciudad provocando el desbordamiento del Río de las Avenidas y dejando a su paso graves daños materiales, cientos de desaparecidos y una cifra de muertos que algunos testigos calcularon en más de mil.

La lluvia, acompañada de granizo de buen tamaño, se prolongó por poco más de 30 minutos, pero su intensidad fue tal que rompió el dique del río, liberando una avalancha de agua, lodo y escombros que arrasó con viviendas, negocios, automóviles y árboles a su paso. El nivel del agua superó los dos metros en algunas zonas del centro.

El torrente avanzó rápidamente hacia el corazón de Pachuca, atravesando el jardín de La Constitución, derribando los puestos del mercado Benito Juárez y golpeando con fuerza las viviendas de la calle Mina. En su trayecto, la corriente llegó hasta el Cerezo, donde el colapso de un dique improvisado de madera y basura ocasionó aún más destrucción.

Los primeros muertos, relatan los testigos, fueron comerciantes del mercado en la zona conocida como La Cuchilla y reclusos en las antiguas instalaciones de la Barandilla y las Comisiones. Las calles Hidalgo, Zaragoza y Allende se convirtieron en un solo cauce, mientras la ciudad vivía momentos de terror y caos.

En el Hospital Civil, se contaban cerca de 100 cadáveres tendidos en los pasillos, mientras familiares esperaban identificar los cuerpos. Una imagen desgarradora la proporcionó un testigo, quien relató que un hombre, con una manguera en mano, lavaba el lodo de los rostros de los muertos para que pudieran ser reconocidos.

Uno de los sobrevivientes, Eduardo Bejos, entonces de 17 años, hoy conocido comerciante del centro de Pachuca, la describió como “la más grande tragedia que haya visto”. Afirmó que la catástrofe rebasó por completo a las autoridades y desquició por completo a la ciudad.

Aunque los primeros informes apuntaron a un posible desbordamiento de la presa de Jaramillo, la Cruz Roja confirmó que la presa permanecía intacta, y que la inundación fue resultado directo de la intensa lluvia en la cuenca urbana.

Una tragedia que cambió la historia urbana de Pachuca

La devastación obligó al gobierno a emprender obras de rectificación y canalización del Río de las Avenidas, que hoy son parte esencial del sistema de prevención de inundaciones en la ciudad. A pesar del desastre, la reconstrucción se convirtió también en un símbolo de resiliencia y unidad para la población.

Hoy, 76 años después, la ciudad recuerda a las víctimas de aquel fatídico 24 de junio, en un ejercicio de memoria que no solo honra a los caídos, sino que recuerda la importancia de la planeación urbana, el respeto por los cauces naturales y la solidaridad social ante las tragedias.

El respeto por los cauces naturales es primordial durante la planeación para la construcción sin duda. Un gran ejemplo lo es la Plaza Explanada donde no han podido resolver el tema de las inundaciones cada vez que se registran fuertes lluvias.

La Gran Inundación de 1949 no solo dejó cicatrices físicas: marcó para siempre la historia de Pachuca.