“Olo”: enigmático color que el ojo humano puede ver, pero no representar

“Olo”: enigmático color que el ojo humano puede ver, pero no representar. FotoEspecial

Científicos de la Universidad de California logran que voluntarios perciban a “Olo” un nuevo tono logrado mediante la estimulación directa de fotorreceptores 

Un equipo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley ha dado un paso insólito en el estudio de la percepción visual: logró que un grupo de voluntarios observara un color nunca antes visto por el ser humano.

El hallazgo, publicado en la revista Science Advances, ha sido descrito como un avance técnico asombroso que podría transformar nuestra comprensión sobre cómo experimentamos el color.

El nuevo tono fue bautizado como “olo”, un color que, según los participantes, se asemeja a un “azul verdoso con una saturación sin precedentes”, aunque ninguno de ellos pudo compararlo con algún tono que hayan visto en su vida. No existe forma de reproducirlo en pantallas ni impresiones; incluso la imagen publicada en el artículo es solo una aproximación turquesa que no refleja fielmente la experiencia visual reportada.

“El color que vemos en la imagen es una versión pálida comparada con la experiencia de olo”, explicó Austin Roorda, miembro del equipo de investigación, en entrevista con The Guardian.

El equipo utilizó una tecnología que permite estimular conos individuales de la retina mediante pulsos de luz láser milimétricamente dirigidos. Este método se basó en mapear con precisión la retina de cada participante y luego emitir microdosis de luz sobre conos específicos, tomando en cuenta los micromovimientos del ojo humano. Los cinco voluntarios seleccionados tenían visión cromática normal y no presentaban enfermedades oculares.

La capacidad de estimular conos individualmente no es nueva, pero el logro de este estudio radica en hacerlo a escala poblacional, generando una percepción integrada que culminó en un color que no pertenece al espectro visible conocido.

¿Un nuevo color?

La comunidad científica está dividida. Mientras que algunos expertos, como Kimberly Jameson (UC Irvine), califican el estudio como un “logro extraordinario”, otros como John Barbur, de la Universidad de Londres, cuestionan su utilidad práctica. El color olo no puede replicarse en ningún medio tradicional ni será visible en pantallas o textiles.

Aun así, el experimento podría tener aplicaciones futuras.

“Este enfoque puede ayudarnos a entender mejor el funcionamiento de la visión humana y, potencialmente, contribuir a diagnósticos o terapias relacionadas con la percepción del color, como el daltonismo”, señaló Misha Corobyew, de la Universidad de Auckland, a IflScience.

Aunque olo no será parte del arcoíris ni podrá ser cargado como fondo de pantalla, su existencia marca un hito en la neurociencia visual: la demostración de que la percepción humana puede ir más allá de los límites establecidos por la naturaleza y la tecnología.